Lunes 14 de marzo de 2016
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"El pueblo me silba, pero yo me aplaudo". Esta frase tomada de la Primera sátira de Horacio, le calza muy bien al primer Mandatario y a todo su gobierno. El pueblo les dijo No el 21 de febrero y ellos han reaccionado con una virulencia típica del malperdedor y han tratado de escamotear el triunfo de la ciudadanía democrática. Empezaron con su teoría del "empate técnico", y luego echaron mano al autoelogio "somos el único proyecto de país", "hemos perdido la batalla, no la guerra", "Evo es el único líder y debe seguir", etc.
De alguna forma, la campaña que no supieron ganarla en las ánforas, la quieren redireccionar todavía desde los discursos de plaza y desde los medios que les son adictos, para mostrar y demostrar que ellos son fuertes, tienen el Poder, y que el voto de los ciudadanos prácticamente no les importa nada.
Y de alguna manera, este despliegue de argumentos les está dando resultados. La oposición no ha sido lo suficientemente estratégica en su comunicación y, de manera increíble, después de que el pueblo en mayoría absoluta dijo No a la reelección de Evo Morales, pareciera que sigue el debate sobre si Evo se presentará o no el 2019.
