Lunes 07 de marzo de 2016

ver hoy


















































En ocasiones muchos de nosotros necesitamos las sacudidas del destino para poder cambiar de forma de pensar, y salir de nuestro pequeño mundo de pensamientos. Y esto sucede porque no existe ninguna casualidad en todo el infinito, ni en el mundo visible ni en el mundo invisible e infinito. Todo está sometido a legitimidades.
No enfermamos por casualidad. No es casualidad que nos caiga una piedra. No es casualidad perder nuestros bienes, tampoco hacernos ricos. Tampoco nacemos por casualidad en una familia pobre o rica o en un paÃs pobre o próspero. Detrás de todo lo que sucede hay una legitimidad, o bien de la Ley eterna o bien de la ley de siembra y cosecha. La Ley eterna proviene de Dios, mientras que la ley de siembra y cosecha, la ley del ego, proviene del comportamiento humano.
En la ley de siembra y cosecha cada persona ha grabado el mundo de su propio yo, la ley personal. Lo que echamos en el campo de nuestra vida, es decir en el alma, es nuestra siembra. El hombre cosechará entonces lo que ha sembrado.