Jueves 03 de marzo de 2016
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Pasó el Carnaval y muchos todavía se rasgan las vestiduras por no haber lucrado a costa de la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad cual si fuera un género barato que se pueda comerciar.
Estos mercaderes tienen el equivocado concepto de que la imagen de la Virgen del Socavón es el eslabón para llenarse los bolsillos de plata, dejando de lado la creencia religiosa en el que se basa indestructiblemente el acontecimiento.
Esa innoble actitud tiene que acabar comenzando por casa, porque los orureños, andamos con la piel inflamada año que pasa, al no conocer realmente cuánto se recauda por la demostración folklórica.
Tanto la Municipalidad y la Asociación que agrupa a los danzarines, soslayan informar a detalle sobre los ingresos que producen en la venta de metros lineales, asientos en las graderías, además de no saber con exactitud la cantidad de dinero que obtiene un sponsor millonario que amasa ingentes ganancias, sin dejar algo significativo en favor de la Capital del Folklore Boliviano.
En el sector hotelero, si bien se quejan de tener pérdidas, es hidalgo que reconozcan que sus ingresos fueron favorables aunque en menor escala con relación a gestiones pasadas, lo que significa dejar de lamentarse si su accionar en esos días fue provechoso.