Domingo 28 de febrero de 2016
ver hoy
¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
Mi dulce Marty:
No he tenido ni un solo minuto libre para poder escribirte en todo el dÃa, por esto mi carta tiene que ser nuevamente nocturna. De todos modos, hacÃa mucho tiempo que no me sentaba a escribirte por la noche. Como sabes, el pobre ser humano siempre siente más necesidad de cariño por las noches que por las mañanas, buenoÂ?, hay tantas razones que serÃa inútil mencionar alguna de ellas.
Mi preciosa amada, después de mucho tiempo hemos ido a Prater, y no me refiero al Bund, sino más bien a mi familia. Nos convidó mi padre para contrarrestar otros momentos menos agradables. Cuando no está quisquilloso, que desgraciadamente suele ser lo más común, es de lo más optimista y más aún que cualquiera de sus familiares jóvenes. A medida que va pasando el dÃa resucitan ante mà recuerdos agradables, más melancólicos por lo que me sugerÃan. Aquà o allá donde hemos estado juntos tantos dÃas, iba sintiendo cómo aumentaba nuestro amor respectivamente. Recordaba donde habÃamos comido y bebido cerveza, y hasta cuando nos dimos las manos y yo me quedé lleno de impaciencia esperando el momento de poder levantarme y tener nuevamente a mi niña sólo para mÃ.
Entonces yo habÃa sido muy tÃmido, y sólo besé a mi Marty muy pocas veces, pues no entendÃa claramente lo que se ha convertido ahora en la única y más natural condición de mi vida: que he ganado a una muchacha única e incomparable. El Prater es un paraÃso. Sólo el bosquecillo de Wandsbeck en el que estuvimos solos como Adán y Eva, exceptuando cierto número de animales (inofensivos en conjunto), algunos venerables clérigos, varias viejas inquisitivas, pero discretas, y también unos cuantos animales útiles, como las vacas que daban leche, amén de las camareras que nos servÃan bizcocho y mantequilla, etc. Eva llevaba un vestido ocre, como correspondÃa al tiempo desde la aparición de la vez anterior, y se adornaba con un gran sombrero que conservaba un tÃmido equilibrio sobre su cabeza, y el Todopoderoso habÃa sembrado hermosos y altos árboles bajo los cuales habÃa bancos que tenÃamos a nuestra disposición, sin que se nos apareciese por parte alguna un ángel armado con espada de fuego. A mi lado, sentado, estaba un delicado angelito con ojos color esmeralda y cuyos dulces labios se negaban a permanecer cerrados, y tenÃan que estarlo a fuerza de besos recibiéndolos, solo, muy raramente, porque esto sucedÃa por la mañanaÂ?, y aun asÃ, todo esto resultaba perfectamente hermoso, pero aún creo que habrá cosas más bellas. ¿Te imaginas ya en el dÃa de tu llegada? Sólo faltan quince dÃas, y procura que no pasa uno más, pues de lo contrario mi egoÃsmo se rebelará contra tu madre y Eli Fritz, y haré tan escándalo que todo el mundo se enterará. Que quede bien claro que cuando regreses volverás a mÃ, aunque tus sentimientos familiares se rebelen contra esta idea. De ahora en adelante no eres sino un huésped en de tu familia, al igual que una joya que hubiese empeñado y que recobraré en cuanto tenga el dinero para ello. Pues ¿acaso no ha sido establecido ya desde tiempos muy remotos que la mujer dejará a su padre y a su madre y seguirá al hombre amado? No debes entristecerte, Marty, ni luchar contra ello. Por muchos que ellos te quieran, no renunciaré a ti, ni creo que nadie te merece. No hay otro amor que pueda compararse con el mÃo.
¿Qué tal por Wandsbeck? ¿Recuerda alguien a tu admirador? ¿Existen personas que aseguran habernos visto juntos? Fuiste tan audaz, mi adorable niñaÂ? ¿Estarás dispuesta a arriesgarte también aquÃ? No creo que debas ser tan atrevida aquà como lo fuiste ahÃ, ni quiero pedÃrtelo, pero, ocasionalmente, me imagino que podrá ocurrÃrsete algún pretexto. ¿Lo harás? "¡Oh, no hablemos ahora de lo que va a pasar en Viena!" Pero, niña intolerante, ¿qué quieres que haga si pienso en ello constantemente? ¿Te está gustando el concurso coral? ¿Y has podido quitarte la costumbre de darte vueltas al anillo a cada momento?
Hoy me di a mà mismo un certificado médico, útil para todos los efectos, y mañana volveré a empezar a trabajar. Los pasos son cortos y largo el camino, pero llegaremos, y entonces podremos pasearnos por las calles cogidos de la mano. ¡Qué maravilla será esto!