Domingo 28 de febrero de 2016
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Las redes sociales me han permitido encontrar amigos y hacer nuevas amistades, entre las que hice valoro la amistad de Carola Höslcher que sube buena música, pinturas, ensayos literarios y literatura misma. En los dÃas pasados subió un artÃculo de José JoaquÃn Blanco titulado Literatura y mercado, en el que el escritor mexicano reflexiona acerca de la realidad de las ventas de libros y del mercado de lectores, algunas de sus apreciaciones bien pueden ser comparadas con nuestra realidad.
Blanco afirma que "En México se lee poca novela, exitosa o no. Otros géneros literarios resultan aún más desairados. (Â?) Finalmente persiste la modestia, para la gran mayorÃa de los autores. Escribir para los pocos que quieran leer sus obras. No pueden ser tan pocos: parece que se necesitan, hoy en dÃa, unos 2,000 ejemplares vendidos para que el editor recupere los costos". En otro artÃculo, esta vez del argentino Maximiliano Tomas, titulado ¿Cuántos lectores tiene la literatura argentina actual?, plantea que "la pregunta fundamental, después de una década larga, es si todo este trabajo puede haber servido para crear un nuevo mercado de lectores. Se trata de un interrogante que todavÃa no tiene respuesta y frente al cual nadie logra ponerse de acuerdo. Algunos editores son escépticos y aseguran que los lectores de literatura argentina contemporánea son siempre los mismos: no más de tres mil. Otros, que tal vez lleguen a unos diez mil. Si hay que guiarse por las cifras de producción y ventas, no estarÃan tan equivocados. Por lo general los tÃtulos de estos sellos venden entre doscientos y mil ejemplares. Si alguno llega a los dos mil, se puede hablar de un éxito. La novela El viento que arrasa, de Selva Almada, editada hace un año por Mardulce y protagonista de un fenómeno de circulación boca a boca extraordinario, está por alcanzar la inusual cifra de cinco mil ejemplares vendidos. Tal vez el caso de Almada esté diciendo algo acerca de la dimensión de esta probable nueva comunidad de lectores, formados a lo largo de una década en los catálogos de editoriales independientes. Quizá sean ellos (¿son muchos, son pocos?) los que estén manteniendo viva la literatura argentina actual". Y estamos hablando de paÃses que tienen más de 45 millones de habitantes en el caso de Argentina y en el de México más de 119 millones, con grandes tradiciones literarias y autores reconocidos universalmente.
¿Cómo estamos por casa? Conversando con libreros bolivianos, todos coinciden en que el género que más vende es la novela seguida de lejos por el cuento y muy abajo por la poesÃa. Las editoriales nacionales no se atreven a tirar más de ochocientos ejemplares de novela, quinientos de cuentos y trescientos de poesÃa y estoy hablando de autores consagrados. Excepcionales son los autores que logran vender más de estas cifras en un año y publicar una segunda o tercera edición. Este drama ha hecho que muchas editoriales ya no publiquen literatura y se dediquen al ensayo que vende más, especialmente el polÃtico. Blanco también señala que "puede haber engaños, trampas, mercadotecnias, pero el dato duro de los estados de cuenta pesa más que otras formas de valoración" y eso me trajo recuerdo a que hubo una época en la que las editoriales bolivianas se disputaban los libros más vendidos en las ferias de libro, llegando a cifras totalmente ficticias. Ahora simplemente informan que sutano o mengano fueron los autores más vendidos, sin señalar el número de ejemplares para no caer en falsedades.