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Domingo 28 de febrero de 2016

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Cultural El Duende

El romanticismo y el historicismo a la luz del espíritu ilustrado

28 feb 2016

Ã?rika Rivera

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Este breve ensayo pretende reflexionar sobre algunas de las corrientes filosóficas que se desarrollaron en el siglo XIX. Desde un punto de vista analítico se realizará una comparación entre ellas. Saldrán algunas conclusiones a la luz del espíritu ilustrado. El trasfondo de indagar en la historia de las ideas del pensamiento occidental es para preguntarnos por la importancia de esta temática y su pertinencia en el presente. Asimismo encuentro un gran motivo para pensar problemas en el ámbito andino. Considero que estas teorías nos permiten dilucidar el presente y posiblemente proyectar futuras y complejas soluciones a problemas también altamente complejos.

Parece que los bolivianos nos moviéramos entre alternativas contrapuestas. La primera es la humanista cosmopolita y la segunda es la de tradición nacionalista, romántica e historicista. O posiblemente esta última sea la expresión de algo nuevo. Sin embargo, considero pertinente que antes de argumentar lo nuevo, es saludable recorrer la historia para gestar una posición razonable, si es que los bolivianos realmente estaríamos produciendo algo nuevo o es la mera repetición de experiencias en la historia ya acaecidas en el siglo pasado europeo.

El historicismo fue un movimiento cultural estrechamente emparentado con el romanticismo. Ambos comparten, entre otras cosas, una actitud de reivindicación de los sentimientos frente al puro raciocinio mecanizante. Según Carl Friedrich von Savigny, "el intelectual solía avergonzarse de sus emociones, demasiado orgulloso de sus ideas, y las mantenía ocultas bajo un velo de racionalidad. Por eso, durante el siglo XVIII, el pensamiento fue, sobre todo, pensamiento lógico, que evita cuidadosamente cualquier concesión a las pasiones. La pura razón fría y rígida gobierna el mundo. Pero, una vez desgarrado el velo de racionalidad que encubría los sentimientos, saltan estos sobre los distintos ámbitos de la existencia como sobre una presa. El arte y la ciencia, la política y el derecho, reflejan, al revés que en la época ilustrada anterior, la manifestación de las emociones humanas".

Por historicismo se entiende hoy un movimiento de ideas, transversal a diversas disciplinas, que surgió en Alemania a principios del siglo XX. La aparición del historicismo está relacionada con los rápidos cambios socioeconómicos y políticos de las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX. Asimismo, el núcleo filosófico del historicismo es la idea del hombre como ser histórico. El auge de la historiografía provocó en el siglo XIX una historización de las demás ciencias humanas. Es importante remarcar que historicismo reivindica la individualidad histórico-cultural. Asimismo el historicismo rechaza la noción ilustrada de progreso. Sobre el historicismo planea siempre el fantasma del relativismo.

Para H. C. F. Mansilla, el romanticismo surgió a comienzos del siglo XIX como oposición a lo que era percibido como la prepotencia del racionalismo y la ilustración. Este autor nos expresa la contraposición filosófica y literaria a lo considerado clásico. Era también un renacimiento de los sentimientos frente al frío cálculo utilitario, una revigorización de las tradiciones nacionales y locales, independientemente de que estas fueran irracionales y antidemocráticas. Esto quiere decir que en un mundo donde se imponía el monoculturalismo a través de los ejércitos napoleónicos acompañados del espíritu ilustrado, del progreso y la industrialización, la sociedad empieza a sentirse avasallada por el cosmopolitismo urbano, porque un cosmopolita urbano sufre las alienaciones de una sociedad hecha para la producción de bienes materiales y la ganancia en el mercado. Entonces, los individuos empiezan a desvincularse, primero de sí mismos, después se alejan de los otros seres humanos y finalmente de la naturaleza. Es decir que el hombre ya no encuentra su realización personal ni satisfactoria ante un mundo instrumentalizado.

Es muy interesante como H. C. F. Mansilla reflexiona sobre el inicio de estas tendencias y su extensión a los países latinoamericanos y el mundo andino. Así como el medioevo es considerado para los europeos del historicismo la edad de oro. Asimismo para los andinos el imperio inca se encuentra libre de alienaciones. Para el iluminismo su punto de partida es la naturaleza. Sin embargo para el romanticismo e historicismo le interesa más la historia.

El iluminismo es racionalista. Sin embargo el romanticismo e historicismo es irracional, resalta aspectos como la fe, las pasiones y los sentimientos. La Ilustración tiene un carácter universalista en general. No es una teoría para Francia sino una teoría concebida para todo el género humano. Los derechos naturales no son sólo para Europa, sino para todo el género humano. La Ilustración siempre persiguió ideales universales, porque partía de abstracciones, en tanto que el romanticismo es más bien particularista.

La Ilustración lucha contra la tradición, según el espíritu iluminista que es el espíritu moderno; hay que desechar las tradiciones. Los países modernos no tienen tradiciones, cuanto más moderno es el país, menos tradiciones tiene, en tanto que las sociedades que están bien arraigadas en la tradición, responden a un modelo romanticista.

El romanticismo no sólo no lucha contra la tradición sino que la reivindica, y de acá se desprende otra diferencia que es respecto a la visión del tiempo. El pasado para el iluminismo es negativo, tanto que se avergüenza del pasado que hay que superar, en particular la Edad Media, que sería la prehistoria del género humano. La Ilustración en estos términos es un proyecto para el futuro. La Revolución Francesa, que era un producto del pensamiento ilustrado, llevó a la práctica estas teorías: había que borrar todo el pasado, y sentar las bases para una sociedad futura. La consigna de Robespierre era: "Del pasado haremos tabla rasa".

En tanto que el romanticismo recupera el pasado incluso con cierta nostalgia, tiene una visión nostálgica del mismo, "todo tiempo pasado fue mejor", suspira por el pasado, piensa que en el pasado perdido el hombre debería reencontrarse, no hay un proyecto para el futuro, el único proyecto es retornar al pasado. En términos concretos el romanticismo desearía que se reconstituya la unidad de la cristiandad. Desearía, por ejemplo, que las cosas vuelvan a un punto como estaban en la Edad Media, en el antiguo régimen. Para el romanticismo no hay nada más horroroso que la Revolución Francesa. El hombre es visto indisociablemente de una entidad colectiva, es decir al hombre sólo se lo entiende si es parte de un colectivo. Ese colectivo puede llamarse pueblo, nación, clase social, partido, etnia, raza, pero la cuestión es que sea un colectivo y no un individuo.

La visión iluminista es una visión racionalista, porque todo parte de la razón. En tanto que la visión romántica, es una visión irracional, es decir se parte de entes irracionales. ¿Qué hay de irracional en el hombre? Por ejemplo los sentimientos que no son gobernados por la razón. Blaise Pascal decía: el corazón tiene razones que la razón no comprende. El hombre tiene de irracional también las pasiones, los sueños, las intuiciones, la fe, la creencia, la espontaneidad. Entonces el romanticismo valoriza todo lo irracional en el hombre. Sin embargo la Ilustración quiere una vida, una sociedad y un derecho construidos bajo un programa racional. La Ilustración propugna una religión basada en la razón, es decir lo que se conoce como el deísmo, una religión racional donde los seres sobrenaturales quedan afuera: no hay ni catolicismo ni protestantismo.

El romanticismo (o historicismo que puede ser lo mismo) vuelve a plantear el tema religioso como algo fundamental en la sociedad. El romanticismo es un fenómeno esencialmente cristiano. Hay un sentido de nostalgia por la unidad de la cristiandad.

En la Ilustración hay una visión cultural que se desprende de esta concepción universalista, una visión cultural etnocentrista o eurocentrista, es decir que la cultura que crean ellos es la correcta, y todos los pueblos están muy rezagados por lo tanto tienen que ponerse al día. En tanto que el romanticismo valoriza la diversidad cultural, cada pueblo tiene su idiosincrasia, sus peculiaridades, y por ese hecho ninguno es superior el otro.

¿Cuál es la idea del hombre como ser histórico? La Ilustración toma al hombre como un ser abstracto y el romanticismo toma al hombre como un ser concreto determinado por los procesos históricos. La mejor expresión de esta idea es la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, tomar al hombre en su abstracción, eso es válido para todos los hombres, de todos los tiempos y de todos los lugares. Sin embargo para el romanticismo no es así; el hombre es un ser concreto, producto de procesos históricos concretos. El iluminismo busca el progreso, al romanticismo no le interesa el progreso porque lo ve con desconfianza.

El romanticismo aspira a la vida extrema: es consecuencia del irracionalismo. El ideal ilustrado es una vida equilibrada racional. Entonces los héroes románticos son los que lo dan todo por sus ideales, hasta Jesús puede ser visto desde esa perspectiva, o también el Quijote de la Mancha o el Mío Cid, por ejemplo. Sin embargo, los ilustrados procuran una vida racional y equilibrada, nada de exceso, de extremos o de ideas locas. Son dos visiones de la vida, de la sociedad y de la naturaleza totalmente opuestas.

* Ã?rika Rivera.

La Paz.

Escritora.

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