Sábado 27 de febrero de 2016
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Exabrupto quiere decir: dicho o gesto brusco que se manifiesta con enfado y viveza, añadiríamos; con desesperación. No otra cosa significa culpar a las redes; Twitter, Face, blogs de la derrota electoral del Presidente y vicepresidente en su intención de repostularse una vez más como candidatos en las siguientes elecciones generales. El referendo del pasado domingo les ha rechazado y negado esa posibilidad, y con ello el elector ha manifestado que es necesario caminar por los senderos democráticos y no por las dictaduras "suaves y de baja intensidad", que al final son nomás dictaduras y totalitarismos.
El exabrupto va más allá. Se anuncia controlar las redes sociales y eso significa atentar a la libertad de expresión. Controlar las redes sociales significa abordar la cuestión de la gobernanza de la red Internet.
La libertad de expresión en Bolivia está en serio cuestionamiento. No hay libertad de expresión. Frente a la cooptación gubernamental y la pérdida de confianza y credibilidad de casi todos los medios de comunicación social, la respuesta ciudadana ha sido acudir a las redes. Guerra sucia o no, como el oficialismo los acusa de promover, la verdad es que esto ha puesto en entredicho y en tapete de discusión la calidad de la libertad de expresión, de la que se ufana el gobierno como libre y sin control alguno. Las redes han jugado su papel y han puesto contra la pared a los medios y al periodismo, a la calidad de "fe pública" de la buena fe, del que deben estar revestidos, y que suele definirse como la ausencia de intención culpable, libre de sospecha malintencionada.
