Museo de Arte Sacro guarda tesoros de la iconografía religiosa colonial

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El Museo de Arte Sacro que se encuentra en la iglesia de San Miguel de la Ranchería guarda verdaderos tesoros de la iconografía religiosa colonial y republicana, recuperados y restaurados luego de un gran trabajo del sacerdote jesuita Bernardo Gantier.

Entre sus viejos muros cuelgan cuadros cuya data es de principios del siglo XVII y comienzos del XX con temas de la historia sacra que servían para el proceso de evangelización.

Las obras algunas de ellas recuperadas de las provincias y restauradas por un equipo local de expertos responden a estilos populares, al barroco mestizo, al manierismo, al tenebrismo y al estilo neo clásico.

El museo también guarda obras que se ejecutaron en Europa así como expresiones de la América a través de las escuelas potosina, la llamada del Collao y cuzqueña.

Este museo que se convierte en uno de los orgullos orureños no tendría vida propia si no fuera por el titánico trabajo del sacerdote jesuita Bernardo Gantier y sus más estrechos colaborados, como al equipo de jóvenes restauradores que no conocen horario ni descanso en su cotidiana tarea.

Muchas de las obras que hoy se lucen, fueron salvadas de su destrucción o de su comercialización por traficantes de arte sacro, en una empecinada como persistente vocación de servicio del Padre Gantier.

El trabajo de preservar cuadros, esculturas y piezas de plata, no fue sencillo, y requiere de una gran vocación para conseguir los recursos necesarios primero, para la restauración de la colonial iglesia de la Ranchería, y luego, para proceder a la restauración de las obras.

EXPOSICIÓN

Con el objetivo fundamental de dar a conocer este tesoro orureño, en estos días y hasta fin de mes unas 30 obras se exhiben en la Fundación Patiño de la ciudad sede de Gobierno, La Paz.

Se espera llegar a la conciencia de las autoridades y de algunos filántropos para apoyar la construcción de una nueva y necesaria infraestructura que albergue estas obras pues la nave central de la iglesia ya no da abasto.

Esta que podría ser una nueva etapa, estará a cargo de la Comisión Diocesana de Arte Sacro, ya que su principal impulsor se ausenta de Oruro con la pena de no haber logrado sus propósitos, pero íntimamente satisfecho por lo avanzado.

En Oruro está en marcha una campaña para promocionar la ampliación del museo que albergará otras 200 obras sacras. Se requiere de material de construcción y de mano de obra calificada que la empresa privada y personas de buena fe podrían donar.

LOS RESTAURADORES

Para que Oruro cuente con este repositorio fue necesario como ya dijimos de una gran vocación de servicio pero también del apoyo de un grupo de jóvenes restauradores que como dice el Padre Gantier, “no duermen” hasta lograr la restauración de los cuadros coloniales.

Estos jóvenes que son verdaderos artistas, también se dedican a embellecer los templos de la ciudad de Oruro con réplicas de los santos, de la Virgen y del Cristo resucitado.

Es el caso de los templos del Espíritu Santo, la Catedral Virgen de la Asunta y otras donde los restauradores realizaron trabajos al estilo gótico, renacentista además de haber realizado la ornamentación de retablos, como el del templo del Espíritu Santo, La Rotonda, para la Congregación de las Hermanas Cruzadas, la ornamentación de cuadros para los templos de la Catedral, Guadalupe, y San Pablo.

El padre Gantier recuerda que esta obra como es el Museo de Arte Sacro, tuvo el apoyo de algunas instituciones, que lograron el objetivo de preservar pinturas tan maravillosas como las que dejaron nuestros antepasados, muchas de ellas pintadas por indios y mestizos que son artistas anónimos de los cuales se debe preservar su arte.

La empresa Inti Raymi, apoyó la obra y sirvió para restaurar los ambientes de la Iglesia de San Miguel de la Ranchería, para acoger cuadros, esculturas y objetos de la época de la colonia.

También se contó con el apoyo de la Prefectura del Departamento, con fondos de emergencia, posteriormente se tuvo el apoyo de las embajadas de Alemania y de Estados Unidos que sirvieron además para la restauración de cuadros y la capacitación del personal.

Actualmente se tiene alrededor de 130 cuadros, esculturas para las cuales se necesita de otro financiamiento para ser restauradas, además se tiene piezas de indumentaria litúrgica bordadas sin catalogar, piezas de orfebrería que deben ser protegidas por los orureños

RECURSOS

Los recursos económicos obtenidos sirvieron para la refacción del templo de San Miguel que se encontraba a punto de desplomarse, se restauraron 130 cuadros, se realizó la restauración de retablos barrocos tallados en madera de cedro, además de realizar otras con el mismo estilo y doradas con pan de oro, tanto en la ciudad como en las provincias.

Con el aporte de algunos ciudadano se rescató artículos litúrgicos, como objetos que se utilizaban para celebraciones religiosas y vestimentas de sacerdotes, entre ellos casullas, capas pluviales y mantos que eran utilizados por sacerdotes de esa época, confeccionados con telas finas bordadas con hilo de oro, los marcos de cada cuadro, fueron tallados en madera de cedro o madera común y dorados con pan de oro.

PROYECTO

El proyecto del Museo Diocesano de Arte Sacro, que quedó paralizado por falta de recursos económicos, consta de tres pisos y la planta baja, donde se pretende instalar una cafería, boletería y venta de recuerdos, además de un ambiente amplio que será utilizado como salón para conferencias y exposiciones.

En la segunda planta, serán ubicados almacenes y estanterías en los que se expondrán los objetos encontrados como piezas de orfebrería, atriles, relicarios, custodias, cálices y otros, además de tener otros dos ambientes para la realización de exposiciones.

El auditorio estará ubicado en la tercera planta, donde se desarrollarán conferencias, asimismo, se construirán oficinas a los costados, un deposito de piezas y ambientes para el personal.

Para que las personas puedan admirar esta riqueza, el museo se encuentra abierto de martes a domingo y la entrada es simbólica de un boliviano para los menores y entre 3 y 5 bolivianos para los adultos.

Fuente: LA PATRIA