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Domingo 21 de febrero de 2016

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Revista Dominical

Entre la fe, la ostentosidad y la tradición:

El detrás de bastidores de la Comparsa "Unión Comercial" de Oruro

21 feb 2016

Por: Rosmeri Aguilar

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¿Pensaste que el Carnaval terminó? y la respuesta es un no, y lo pudimos comprobar gracias a que el medio impreso LA PATRIA tuvo acceso a sumergirse en nuevos aires de tradiciones y costumbres que quizás imaginábamos extinguidas.

La colaboración de personas entendidas en la materia tuvo un plus porque guiaron el recorrido y llevaron a buen puerto esta investigación, lo mejor es ahora poder, a través de las palabras, describir y dibujar en el imaginario del lector la magnitud de mitos y leyendas de las cuales es poseedor el país.

Aproximarse a los hechos, contarlos tal y como fueron es el mejor producto de casi tres días de seguimiento a una de las comparsas que aglutina a los "comerciantes mayoristas" dentro y fuera del departamento de Oruro.

La travesía la encaminó Froilán Fulguera, de quién solamente se escuchó de sus labios los apasionantes pasajes que le tocó vivir como pasante y ahora presidente de las comparsas.

Mantener viva la tradición de Tentaciones es igual a continuar lo mejor que dejaron los antepasados, que en su amplio bagaje la cosmovisión andina fue el punto de partida para dar inicio a los festejos y ofrendas a la Madre Tierra.

La wilancha y el permiso que se debiese pedir a la tierra eran fundamentales, entre elementos, así como personas, fueron vitales para dar comienzo a Tentaciones, donde nos encontramos con un sinfín de significados y valores que se tenían para esta festividad.

El yatiri, actor protagónico, ya que fue el encargado de ser el médium entre el hombre y la Madre Tierra, la acción que encabezó fue la de pedir "permiso" a través de un brasero e incienso, a seres no presentes pero con los cuales él se comunicó mediante la palabra.

Después, en la mesa central encontramos frutas, verduras, azúcar, confites, flores, etc., todos ellos colocados como símbolo de que no faltasen alimentos para este año.

¿Una caja envuelta en un aguayo? Llamó a la inquietud por saber qué significaba e inmediatamente la pregunta se la trasladamos a Florencio Choque, pasante, quien fue tácito en mencionar que, ésta, contenía en su interior capital (dinero) que esperaban ellos que crezca aún más del que se había colocado.

Lo primordial del día viernes, así lo consideraban pasantes y familiares, era la "wilancha", que tenía como esencia "dar de comer a la Pachamama", en su caso el sacrificio a dos llamitas era el sentido de ese término, la sangre y el corazón aún latiendo de estos animales puestos sobre platos y encima de la mesa, denotaban la entrega y desprendimiento de los pasantes a la festividad de Tentaciones, que aglutinaría en sus filas a centenares de devotos.

Pensar que habíamos visto todo no era cierto, porque antes de la entrega de las dos llamitas éstas fueron rociadas de confetis y azúcar, que se perdieron en el lanar de su cuerpo para ofrendarlas, según comentaba la gente inmersa en el sitio, "alimentadas".

Después de la ritualidad, el acullico de la "hoja de coca" y pisquiilladas (sorbear) de canela caliente eran los complementos que se necesitaban para esperar la llegada de la fiesta.

Más tarde se vio cómo los devotos prepararon su brasero, poniendo el carbón y la "mesa blanca" como símbolo de que se hagan realidad sus sueños y anhelos en el trascurso del tiempo. Percatarse que el vino y el alcohol forman parte imprescindible de las creencias que transcendieron por generaciones y sobrepasaron fronteras.

No terminaba todo ahí, al contrario, iniciaría el largo trayecto de Tentaciones.

Acceder a esta clase de acontecimientos es revalorizar más tradiciones que en oportunidades sólo habíamos escuchado, por comentarios que surgieron por terceros, estar ahí y vivir "la fiebre" y el ambiente festivo y "bullanguero" hace dar cuenta de la elevada riqueza y potencialidad para organizar mayúsculos eventos.

Lo central según catalogamos y de acuerdo a la invitación que fue entregada de manos del pasante al medio impreso, al día siguiente, sábado, como estaba marcado en el "programa" se efectuó la última velada, la víspera y la luminaria, que darían paso a la cuenta regresiva.

El día domingo, con bombos y platillos, como era de esperarse, desde temprano en el día, la solemne misa a los pies de la Virgen del Socavón, casi entre la mañana dando la bienvenida a la tarde se concentraron los devotos en el local "Paraíso". El baile, las risas, los abrazos y la ostentosidad de los invitados era de lo mejor que se podía hablar, vehículos vanidosos, apostados en la calle Velasco Galvarro y Santa Bárbara denotaba el desfile carros del año.

Casi al ingreso, guardias uniformados con vestimenta de "hombres de negro", y mientras más nos acercábamos a la escena del hecho ante nuestros ojos se dibujaban figuras de colores conocidos como "cholets", pintorescas infraestructuras del sector "occidental" del país, ¿y los invitados?, la vasta asistencia de los "fieles" quienes con atuendos de "pollera y el sombrero sobre la cabeza" daban cuenta de simpáticas cholitas, los varones, no menos importantes, envueltos en smokings y gafas de sol envolvían los minutos que faltaban para salir bailando hacia la zona sur de la ciudad.

Pero como todo buen recorrido estar bien saciados a través de "la lluvia de cerveza", era el único remedio casero para "aguantar" el recorrido. Minutos antes escuchamos mencionar ¿el ayni? e inmediatamente se nos ocurrió pensar ¡quizás hablan de alguna bebida!

La definición de ayni obedece a la "institución económica y de redistribución de la riqueza que conlleva el equilibrio del poder, la acumulación material", según fuente consultada de Ascanio Nava.

Ayni, préstamo que realiza el invitado o familiar a la fiesta para después ser devuelto, con la misma suma de dinero que es entregado.

Tal vez imaginamos que agarraban unos alfileres y los hacían pasar por el traje, no fue así porque la tradición estipula que los sombreros sean los anfitriones para recibir "dólares y moneda boliviana", además que a los costados los "contadores", o sea, familiares cercanos y con cuaderno, bolígrafo en mano anotaban el monto y el nombre del "susodicho".

No terminaba ahí el recorrido porque en forma de agradecimiento los pasantes entregaban una chalina, más la envoltura de serpentina que rodeaba el cuello de los asistentes, como forma de retribución, a continuación "las torres de cerveza", dispuestas para llevar a la mesa de los invitados, atravesaban la consideración y evaluación del pasante.

La tradición, conjunto de bienes culturales. Y ¿que pasó con la fiesta?, metros atrás "las bandas" amenizaban con singulares vestiduras, ritmos musicales y coreografías que ameritaba la ocasión, alrededor "los comparseros" acompañando el compás tradicional se movían y marcaban el paso como si hubiesen practicado días antes.

Mientras más datos, información, fotografías se podían recabar, el movimiento del cuerpo era inevitable ante tan contagiosa melodía, o el animarse a formar parte de la fiesta atravesaba por la mente, y de esa manera poder comprender de lo que hablaban o que les provocaba que en sus rostros se dibujen sonrisas.

Para estar identificados y salir con alegoría del local, sombreros rojos, bolsos llenos de mixtura y serpentinas los distinguiría de las demás comparsas, "el color rojo" embanderaría la presencia de la "Unión Comercial".

Entonces el "acto central" llegó después de casi tres días, salir aplaudiendo, "las polleras" agitándose al viento y con el movimiento del cuerpo, brazos batiéndose de un lado para el otro, fue el resultado de la fiesta de Tentaciones.

Para tus amigos: