Sábado 20 de febrero de 2016
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Javier Barbero, un psicólogo muy relacionado con el mundo del voluntariado, suele repetir: "El voluntario no está para solucionar problemas, sino al lado de personas con problemas a las que apoya con su presencia".
Para solucionar problemas concretos y para buscar soluciones materiales a los problemas, normalmente existen profesionales o funcionarios cualificados y con recursos a su alcance. Lo que ofrece el voluntario es su presencia positiva junto al que sufre para sostener su autoestima y hacerle más llevaderos procesos dolorosos. Y si el voluntario no soluciona problemas por lo general, lo que sí hace con su presencia es detectarlos, y alertar a aquellos que sí pueden ofrecer una solución.
Un voluntario no puede limpiar la casa de una señora mayor, pero sí puede ponerla en contacto con el Área de Servicios Sociales para que le envíen una auxiliar de domicilio. Ni puede prescribir medicamentos a una persona sin hogar, aunque sea médico, sino que lo acompañará al médico del servicio de salud que le corresponda. La misión del voluntario en ambos casos es crear un clima de confianza y de cariño que palie la soledad de una y de otro.