Sábado 20 de febrero de 2016
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Una de las muchas preguntas que provoca la agitada vida social de la VIP Gabriela Zapata Montaño es cuánto gana para poder acumular miles de dólares en pocos años, sin ser profesional y sin ser heredera de una empresa que le permita ser parte del exclusivo grupo de ricos bolivianos.
Pregunta que se relaciona con otro asunto, el nivel salarial de los funcionarios públicos bolivianos. Desde el 2006, el Presidente Evo Morales Ayma rebajó el salario que le correspondía como una muestra de un manejo austero del Estado. Esa medida fue aplaudida y es un tema que el propio Presidente lo destaca en sus informes anuales.
Sin embargo, desde el inicio, a pesar de ser una decisión con mucho respaldo popular, era un asunto complejo. La norma señala que ningún funcionario público puede ganar más que el primer mandatario. Esto significó que ministros, tribunos, policías, militares y autoridades de los niveles regionales y locales no pueden ganar más que unos 1.600 dólares mensuales, cifra aumentada actualmente.
De ahí para abajo, tampoco los rectores, los catedráticos con doctorados, los investigadores, muchos con tres décadas de antigüedad laboral podían acceder a un salario competitivo. Es más, informes de la Contraloría Plurinacional presionaron a ex decanos a devolver el dinero ganado, a pesar de ser fruto de su esfuerzo acumulado. A ello se agrega otra medida, que impide a los profesores tener otras funciones públicas, ni siquiera a los médicos, como sucedía antes y que tanto favoreció en su mejor momento a la calidad de las universidades públicas.