Miercoles 17 de febrero de 2016

ver hoy






















































Las personas que sacrifican lo inferior en sí mismos experimentan la grandeza interna y tienen una visión amplia y profunda de las cosas externas. La persona se siente feliz desde el interior, porque está cada vez más unida con la fuente de la existencia.
El trabajo se hace mejor y tiene éxito en la profesión, que no la usa para destacar su ego, sino para ayudar a que otros avancen y mejoren. Tiene grandeza interna y se provee de la fuente de la sabiduría universal y del amor de Dios. La conciencia de una persona tal, es amplia. Capta muchas cosas externas. Empieza a intuir los pensamientos del prójimo, porque ya no necesita exhibirse, ni darse importancia, pues tiene grandeza interna.
Siente con profundidad en una conversación o lectura. Y de todo puede extraer lo oculto para otros, para quienes no están dispuestos al sacrificio. Ve más profundamente.
Vive más, siente, experimenta y capta que como ser del amor divino está en todo, en la naturaleza, en los animales, en el núcleo del Ser en el alma de cada hombre. Siente el contenido de lo que se dice en una conversación y en los procesos de trabajo, y sabe lo que hay que hacer, lo que hay que decir, cómo puede ayudar al prójimo.