Pasó el Carnaval a nivel nacional, en Oruro registramos un feriado adicional de tipo cívico y el fin de semana, más claramente con la celebración de "tentaciones" se cierra la fiesta grande, aunque se completa, por varios días con las costumbres que mueven a las comparsas, en dos zonas de la ciudad, Sur y Este, con una abierta competencia de bandas y de conjuntos y orquestas, entre las de mayor prestigio nacional, que animarán la tentación en el carnaval de los barrios.
La cosa cobra interés en el movimiento económico de la ciudad, que en los días festivos lamentablemente perdió ingresos, pues no llegó la cantidad de gente prevista y el negocio de temporada se vino al suelo.
Justamente el caso motiva a ciertas reflexiones sobre una realidad que vivimos con la caída de precios de nuestras materias primas, que también andan muy bajo y comprometen nuestras opciones inmediatas de ejecutar algunos proyectos que los consideramos de orden prioritario y que ojalá se salven con la política de sostenimiento que ha delineado el Gobierno para enfrentar la crisis.
Lo importante es que se actúe en el marco de la realidad, sin asumir poses alejadas de la verdad, presuntuosas o exageradamente altaneras queriendo desvirtuar las condiciones que afectan a ciertos sectores sociales u otros de orden productivo que deben enmarcar sus actos en la búsqueda de alternativas para su sostenimiento y futuro crecimiento.
Estamos frente a resultados de una serie de hechos de origen externo, que están absolutamente fuera de nuestro control, pero que sin embargo nos afectan de manera directa como el caso del vaivén en la economía china, las dificultades en la recuperación europea o con grado de temores en torno al movimiento de las estrategias norteamericanas: unidos todos estos factores ocasionan los graves problemas de sostenimiento de las economías dependientes.
En los días pasados el precio del petróleo cayó por debajo de 30 dólares el barril y ese hecho, aunque se quiera disimular, tiene relación directa con el precio del gas, el producto más importante de exportación de nuestro país, tanto para Brasil como para la Argentina, aunque existan diferencias en valores y cantidades, lo que en su momento se sentirá con mayor fuerza en nuestra economía nacional.
No se puede evitar el impacto del movimiento financiero externo en lo que significa nuestra economía interna restringida y acosada por las presiones que ejercen las potencias a través de los precios para nuestras materias primas, ahora con valores tan bajos que se hace difícil sostener su producción con rentabilidad.
Es un contexto complicado, por lo que se espera la aplicación de estrategias delineadas para diversificar la producción y la exportación de los bienes que producimos. Se ha perdido un tiempo precioso incluyendo la bonanza de ese periodo que si se manejaba con un criterio de previsión y perspectiva, ya se hubiese logrado un avance en la fase de industrialización de nuestras materias primas elementales.
Recién se aplica un plan de contingencia, aunque el mismo fue delineado en parte el 2006, pero dadas las características de la crisis actual, se impone ejecutar uno renovado con todas sus alternativas, para rescatar el tiempo perdido y establecer las condiciones propicias para desarrollar más proyectos hidrocarburíferos, pero comenzar de una vez con los de prospección y exploración minera, para que en el tiempo de la crisis se consoliden los futuros proyectos del desarrollo nacional.
Hay que poner los pies en la tierra para no seguir viviendo de ilusiones.
Fuente: LA PATRIA
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