Optimismos sobre economía para contentos electorales
11 feb 2016
Armando Mariaca V.
Siempre es bueno actuar en base a la verdad y más para temas económicos, decir las cosas como deben ser y son en la realidad es sumamente importante; pero, como estamos en vísperas de un referéndum para conseguir cambio del art. 168 de la Constitución por conveniencias ya conocidas, la economía sirve para lanzar los criterios, datos, estadísticas, comentarios, más optimistas, más creíbles para quienes viven pendientes de lo que haga o diga el oficialismo porque la cosa está en que "hay que conseguir adeptos para el referéndum de febrero".
En niveles oficiales se pinta la situación económica del país con un optimismo increíble, se pretende hacer creer que aquello del "blindaje" había sido cierto - aunque el Ministro de Economía nunca explicó las razones para haber utilizado esa palabra -. Se dice que estamos muy bien, que contamos con los medios financieros para enfrentar victoriosamente a la crisis, que los precios del petróleo, el gas, los minerales y las materias primas no deben preocupar a nadie dada la "solidez económica y las muchas reservas habidas". En fin, se dice tanto que el pueblo, frente a las realidades que vive, no sabe qué pensar, qué creer y cómo enfrentar el futuro.
La realidad es una: la crisis nos atacó seriamente y ahí están los datos que son de conocimiento del Gobierno, datos que, para el Estado, son graves y muestran un panorama muy difícil y complejo: los precios del petróleo siguen bajando, de los minerales también y nuestra producción es bajísima; nuestros ingresos por ventas de gas han disminuido más de 4 mil millones de dólares, algo más del 32%. Sin tomar en cuenta al gas y a los minerales, principales rubros de nuestras exportaciones, que bajaron casi el 12%. Nuestras perspectivas de producir algo que compense las pérdidas habidas en exportaciones, son nulas y, si las hay será a futuro y dependerá de inversiones, producción y creación de riqueza que, de momento, es casi imposible.
Hay optimismos enfermizos en el oficialismo sobre el crecimiento de la economía, pero, en realidad, hemos bajado, comparativamente, por ejemplo, con el año 2013 en que los porcentajes oficiales de crecimiento daban el 6,8% y el pasado año, 2015, bajamos al 4 por ciento según datos de organismos internacionales aunque el Gobierno dice que hemos crecido el 5%. Hay una verdad que no se quiere reconocer: somos un país muy vulnerable a lo que ocurra en el mercado internacional; por otra parte, los éxitos que logramos con el gas, no fueron por haber producido más o haber descubierto más, son éxitos por el precio internacional del petróleo de lo que emerge el precio del gas; lo mismo ocurre con los minerales y las materias primas. Ante este cuadro, surge la pregunta: ¿Qué, cuánto hemos producido y cuánto hemos crecido en verdad? Hay que reconocer que pasamos por un auge financiero no debido al esfuerzo propio y los optimismos de hoy son, simplemente, alegría y contento para lograr réditos en el referéndum próximo.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.