Viviendo todavía la última parte de carnestolendas, varios días de diversión dejarán un saldo de reminiscencias sobre un acontecimiento que se acaba y que en cada hogar orureño marca detalles especiales, para danzarines el gusto de haber cumplido una promesa superior de orden devocional, buenos recuerdos en función de un espacio que permitió olvidar las preocupaciones propias del tráfago cotidiano, con toda su problemática, la familiar, la de orden laboral y la que tiene que ver con el entorno en que nos desempeñamos como bueno ciudadanos.
De ahí que, pasada la diversión tiene que llegar la reflexión y sucede que en el caso de los bolivianos y de los orureños en particular, este mes de febrero trae una serie de acontecimientos especiales, un Carnaval que se acabará el fin de semana, al medio la celebración cívica del 10 de Febrero y en cuestión de días más la realización de un referéndum, este último acto de participación colectiva que justamente debe llevarnos a la reflexión, responsable y serena.
El tiempo se acortó y los pocos días que aún quedan estarán impregnados de mensajes variados que los medios de comunicación los difundirán intensamente cumpliendo los requerimientos de personas, de partidos, de movimientos ciudadanos y por supuesto del Gobierno en pos de captar y comprometer la conciencia ciudadana hacia una de las interrogantes de la consulta.
El domingo 21 habrá una votación colectiva obligatoria a la que los ciudadanos habilitados deben responder concurriendo a los recintos electorales, ya en esos escenarios dispuestos como siempre sucede en establecimientos educativos y utilizando las aulas, las personas deberán expresar su punto de vista en torno a una pregunta que se formula y que puede responderse con un Sí o un No, pero también está la opción de no marcar en ninguna de las casillas, es el derecho al voto blanco, democráticamente reconocido.
Tras la diversión, llega el tiempo de la reflexión, considerando que la decisión que asuma el electorado, tendrá incidencia particularizada en el futuro del país, de ahí es que la interrogante está en "qué decidiremos los bolivianos en el referéndum constitucional aprobatorio".
Es importante remarcar que la consulta a la población es concreta y pide a cada elector decidir o no por una reforma parcial a la Constitución Política del Estado, específicamente del artículo 168, que hace referencia al periodo de mandato (cinco años) del binomio presidencial y las veces (una) que puede ser reelecto de manera continua. Esta disposición constitucional y su eventual reforma, se aplica a los actuales y futuros mandatarios.
Entonces ¿qué plantea el referéndum del 21 de febrero? Justamente plantea reformar el mencionado Art. 168 de la CPE de modo que el periodo de mandato del presidente y vicepresidente se mantiene en cinco años, pero se busca que los primeros mandatarios, los presentes y los que vengan, puedan ser reelectos, no una, sino dos veces de manera continua. Esa es la cuestión en consulta.
Así establecida la situación, se presenta algo compleja para quienes deben decidir sin presiones o compromisos sectarios, tomando en cuenta que el resultado de la votación puede tener inesperadas implicaciones que alteren los factores de nuestra democracia vigente. Es sumamente importante que el organismo electoral extreme recursos de orden general para informar a la población, sobre el sentido concreto del referéndum, de modo que la respuesta ciudadana sea un "voto informado".
Fuente: LA PATRIA
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