Un hecho heroico protagonizado por patriotas orureños se produjo hace 235 años, un 10 de Febrero de 1781, cuando estalla un levantamiento popular contra la explotación que ejercían sobre los habitantes de ésta tierra, los visitantes peninsulares que llegaron en busca de la riqueza de la región y explotaron las mismas sometiendo inmisericordemente a sus habitantes, especialmente a los originarios de la región, la serie de abusos enardeció a la comunidad que se alzó en un hecho revolucionario, que fue el primer eslabón de una cadena de acciones contra la dominación española.
Un movimiento encabezado por Sebastián Pagador, los hermanos Jacinto y Juan de Dios Rodríguez, los Menacho y otros patriotas tuvo el apoyo decidido de criollos, mestizos e indígenas que ganaron las calles y tomaron con el sacrificio y pérdida de muchas vidas, los recintos que eran bastión de los dominantes representantes de la corona española. Cayó ese poder y se impuso la revolución popular liberadora, sobre la opresión foránea.
Las coincidencias que marcan escritos de destacados historiadores revelan que en la sublevación popular y la revolución de Oruro, se marcaron algunas fechas que se relacionan con la festividad de la (Virgen) de La Candelaria y el tiempo de los carnavales, un hecho que en más de dos siglos con seguridad que coincidió como en el año presente, entre Carnaval y la recordación patriótica.
Si bien se han efectuado modificaciones especiales en la programación cívica, queda necesariamente la responsabilidad histórica de rememorar aquellos hechos que marcaron un final de opresión y un comienzo de libertad, producto de la entrega patriótica de quienes entregaron la vida en pos de justicia y libertad.
Ha pasado el tiempo, son muchas las transformaciones que han ocurrido en el terruño marcando en buenos tiempos procesos de innegable progreso, pero igualmente con ciclos negativos que postergaron las ansiedades y los anhelos de progreso, innegables e irrenunciables entre los derechos, ya no sólo de orureños, sino de bolivianos empeñados en el desarrollo nacional.
Oruro nunca escatimó esfuerzo y solidaridad para apoyar el crecimiento de los distritos hermanos, los beneficios de la explotación de su riqueza minera sirvió para consolidar el adelanto de otras regiones apartadas en nuestra geografía patria, logrando la integración nacional.
En el tiempo presente, las condiciones no son las más propicias para nuestro distrito debido a la dependencia que tenemos de la minería y el bajón de precios en esas exportaciones, reduciendo los ingresos por regalías, colocando a nuestro distrito ante la alternativa de accionar sus proyectos alternativos para continuar en la senda productiva, sus títulos bien ganados, como capital industrial, centro ferroviario, principal productor minero y asegurar su aporte integrador como parte indispensable de los corredores bioceánicos de transporte terrestre y ferroviario.
La complementación indudablemente será el Puerto Seco, la consolidación del Parque Industrial, la reactivación de la minería y un impulso decidido a la producción agrícola y ganadera de la región, quinua y camélidos en la perspectiva del futuro crecimiento departamental.
Cuando celebramos 235 años de la revolución orureña de un 10 de Febrero, este año en coincidencia con el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, el homenaje a nuestros patriotas y en su nombre un obligado reclamo a los poderes del Estado, para que con reconocimiento solidario y voluntad política, hagan posible concretar cuanto antes los anhelos orureños. Esta tierra laboriosa merece eso y mucho más.
Fuente: LA PATRIA
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