Es necesario amar y ser amado, pero para desgracia del mundo muchos hombres y mujeres ni aman ni son amados. Eso que llamamos amor es algo desconocido para las personas y lo confunden f谩cilmente con la pasi贸n y con el temor. Si la gente pudiera verdaderamente amar y ser amadas, las guerras ser铆an imposibles sobre la faz de la tierra.
Muchos matrimonios que podr铆an ser intensamente felices, no lo son debido a los viejos resentimientos acumulados en su memoria, manteni茅ndolos vivos al evocarlos a menudo. Si los c贸nyuges tuvieran generosidad, olvidar铆an el pasado doloroso y vivir铆an en plenitud, llenos de verdadera felicidad. La mente mata al amor, lo destruye. Las experiencias, los viejos disgustos, los antiguos celos y resentimientos acumulados en la memoria, destruyen el amor. Muchas esposas resentidas podr铆an ser felices si tuvieran generosidad suficiente como para olvidar el pasado y vivir en el presente adorando a sus esposos. Muchos maridos podr铆an ser verdaderamente felices con sus esposas si tuvieran generosidad suficiente, como para perdonar viejos errores y echar al olvido rencillas y sinsabores acumulados en la memoria.
Es urgente que los matrimonios comprendan la honda significaci贸n de vivir el momento presente plenamente, sin interferencias del pasado o preocupaciones por el futuro. Esposos y esposas deben sentirse siempre como reci茅n casados, olvidando lo pasado y viviendo alegremente en el presente. El amor y los resentimientos son substancias at贸micas incompatibles. En el amor no pueden existir resentimientos y susceptibilidades de ninguna especie. El amor es eterno perd贸n.
Existe amor en aquellos que sienten angustia verdadera por los sufrimientos de sus amigos y enemigos. Existe amor verdadero en aqu茅l que de todo coraz贸n trabaja por el bienestar de los desamparados, de los necesitados. Existe amor en aquel que de manera espont谩nea y natural siente simpat铆a por el campesino esforzado que riega el surco, por el aldeano que sufre, por el mendigo que pide una moneda y por el humilde perro que fallece de hambre a la vera del camino. Cuando de todo coraz贸n ayudamos a alguien, cuando en forma natural y espont谩nea cuidamos el 谩rbol y regamos las flores del jard铆n sin que nadie nos lo exija, existe aut茅ntica generosidad, verdadera simpat铆a, verdadero amor. Desafortunadamente para el mundo, la mayor铆a de las gentes no tienen verdadera generosidad. Solo se preocupan por sus propios logros ego铆stas, anhelos, 茅xitos, conocimientos, experiencias, sufrimientos, placeres, etc. En el mundo existen muchas personas que poseen falsa generosidad. Existe falsa generosidad en el pol铆tico astuto, en el zorro electoral que derrocha dinero con el prop贸sito ego铆sta de conseguir poder, prestigio, posici贸n y riquezas solo para s铆. La verdadera generosidad es completamente desinteresada, pero f谩cilmente se puede confundir con la falsa generosidad ego铆sta.
Debemos ser generosos de coraz贸n; la generosidad verdadera no es de la mente, la generosidad aut茅ntica es el perfume del coraz贸n. Si las personas tuvieran generosidad olvidar铆an todos los resentimientos acumulados en la memoria, todas las experiencias dolorosas del pasado y aprender铆an a vivir de momento en momento, siempre felices, siempre generosos, llenas de verdadera sinceridad y amor. Desgraciadamente el ego es memoria y vive en el pasado, quiere siempre volver al pasado. El pasado acaba con las gentes, destruye la felicidad, mata el amor. La mente embotellada en el pasado jam谩s puede comprender en forma 铆ntegra la honda significaci贸n del eterno presente.
Son muchos los que buscan consuelo, pidiendo un b谩lsamo precioso para sanar su adolorido coraz贸n, mas son pocos aquellos que se preocupan por consolar al afligido. Muchos relatan el estado miserable en que viven, pero son raros aquellos que parten el 煤nico pan que tienen, para compartirlo con los otros necesitados. No quieren las gentes entender que detr谩s de todo efecto existe una causa y que s贸lo alterando la causa interna modificamos el efecto. Nuestro querido ego es energ铆a que ha vivido en nosotros desde vidas pasadas y que ha originado causas pret茅ritas cuyos efectos presentes condicionan nuestra existencia. Necesitamos generosidad para modificar causas y transformar consecuencias. Necesitamos generosidad para dirigir sabiamente el barco de nuestra vida. Necesitamos generosidad para transformar radicalmente nuestra propia vida. La leg铆tima generosidad efectiva no es de la mente. La aut茅ntica simpat铆a y el verdadero afecto sincero, jam谩s pueden ser el resultado del miedo. Es necesario comprender que el miedo destruye la simpat铆a, acaba con la generosidad del coraz贸n y aniquila en nosotros el perfume delicioso del amor. El miedo es la ra铆z de toda corrupci贸n, el origen secreto de toda guerra, el veneno mortal que degenera y mata.
Debemos comprender la necesidad de encaminarnos por la senda de la generosidad verdadera, el valor y la sinceridad del coraz贸n. En el pasado cultivamos el veneno del miedo, dando como fruto, la corrupci贸n, el caos y la anarqu铆a. Desarrollemos ahora una 茅tica consciente que incentive el sentido de cooperaci贸n para desplazar totalmente al horrible batallar de la competencia ego铆sta. Se hace imposible saber cooperar cuando excluimos el principio de la generosidad efectiva y el amor verdadero. Solo tomando conciencia de lo que es en nosotros el ego铆smo y la falta de generosidad, brota en nuestro coraz贸n la fragancia deliciosa del verdadero amor y de la efectiva generosidad, que son manifestaciones de nuestro esp铆ritu inmortal y eterno. (Extractado de las ense帽anzas del V.M. Samael Aun Weor.)
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