Del diseño de planes a la organización técnica y ejecución práctica de la reactivación minera

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Hay una serie de elementos que configuran la situación actual de la minería, empezando sólo por recordar, porque ya nada se puede hacer, que durante una década se desaprovechó la oportunidad de crear un sólido "Fondo de Reserva" para impulsar la minería en tiempo de crisis, ni siquiera se dispusieron recursos suficientes para emprender -ya entonces- planes agresivos de exploración minera, que en este tiempo ya podrían estar operando.

No se tomaron los recaudos necesarios, sabiendo que los emprendimientos mineros, los de envergadura, demandan muchos años en su preparación para alcanzar objetivos de alto rendimiento. No hay un solo proyecto nuevo que estuviera en la planificación de tantas autoridades que pasaron por el Ministerio de Minería y por la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).

A�?O DE PESARES

El año transcurrido fue realmente crítico para la actividad minera en general pero con mayor incidencia en parte del sector estatal, en la minería "chica" y con fuerza en las cooperativas mineras, éstas últimas que hacen prevalecer sus relaciones políticas para obtener apoyo oficial, en tanto que en el sector productivo de las minas y fundiciones del Estado, no todo funciona como sería deseable. En el caso de extracción minera Huanuni es el problema, mientras que Karachipampa lo es en el rubro de las fundiciones.

Por otro lado, la presión internacional que ejerce China con su conocida avidez por colocarse al frente de la industria mundial, adquiriendo grandes volúmenes de materias primas, tiende a desvanecerse en una estrategia de control interno que amplía su crecimiento en detrimento de las inversiones y exportaciones masivas que mueven las débiles economías de los exportadores primarios, como nuestro caso absolutamente dependiente de sus materias primas, y de otros países que salvan la situación con reservas estratégicas o mayores incentivos a los inversionistas para incrementar sus planes productivos.

POLÍTICA MINERA

Frente a la situación de los precios bajos que puede extenderse por tiempo indefinido, hacen falta políticas muy claras para enfrentar la crisis y en el caso boliviano es justamente lo que está faltando desde hace mucho tiempo atrás.

Los entendidos ya se han pronunciado criticando la poca inversión en minería y la falta de "operabilidad" para desarrollar nuevos proyectos minero - metalúrgicos, lo que se ha complicado con la caída de precios y en el caso nuestro la falta de una verdadera "política minera", que sea respaldada por la Ley Minera 535, que está sin uso por la falta del reglamento que la haga operativa y útil a los fines de incrementar la producción minera y la consolidación de la industria metalúrgica.

No hay política minera, la reestructuración de la Comibol se prolonga por mucho tiempo, como si se tratara de crear una gigante empresa de amplia diversificación industrial, nada de eso, sólo debe dedicarse a desarrollar un plan minero de alta rentabilidad, empezando por prospectar y explorar nuevos yacimientos, consolidarlos y explotarlos adecuadamente.

El próximo paso es fortalecer la metalurgia, aprovechando al máximo el nuevo horno de Vinto y relanzando el complejo horno de Karachipampa para incrementar la producción de metálicos que hagan posible más adelante un salto hacia la industrialización de esa materia prima con valor agregado.

S�?PER CICLO

EN BAJADA

Lo que ha sucedido un año antes de la gestión 2015, se califica como una bajada "sin freno" con los riesgos que implica tal cosa, menos mal en un camino que encuentra ciertas variables que frenan el descenso, pero sin modificar la ruta marcada por el interés de la potencia asiática que todavía puede controlar el precio de commodities y por lo mismo su producción, la que no puede ser incrementada en los países cuya economía es dependiente de su comercialización inmediata.

Las depreciaciones generadas por China se han sentido en la actividad minera internacional, causando severos problemas en los productores considerados medianos hacia abajo, es decir los que no pueden respaldarse para aumentar su producción y ponerla en reserva esperando la recuperación de precios, cosa que se da en algunos casos en que existen políticas mineras de sostenimiento aún en periodos conflictivos.

La caída de los precios marca el término del súper ciclo y eso significa una fuerte contracción en la demanda de materias primas, situación que puede compensarse si se dispone de una política adecuada para encarar la actividad minera con criterio práctico, con planes muy concretos y fundamentalmente con una estrategia operativa, diseñada y puesta en movimiento por profesionales de la materia.

No es posible seguir demorando en reestructurar la empresa estatal minera, no se sabe cuál pueda ser la causa de este problema, que siendo vital para recomponer el funcionamiento del sector, permanece, entre burocracia, discursos, ofertas, muchas cifras, pero nada efectivo para que comiencen a moverse los engranajes de la pesada maquinaria minero metalúrgica del país.

Medios, Agencia Uru, PM.