Merced a los procesos electorales vividos el 4 de abril, donde los orureños elegimos a gobernador, alcaldesa, concejales y asambleístas, ahora viene gran la tarea de elegir funcionarios en ambas instituciones. Esta selección antes que elección será vital para la “efectiva gestión” de la cosa publica que redundará en un desarrollo también visible tanto del departamento como de la ciudad.
El gran asunto o problema será de cómo hacemos o elegimos a éstos funcionarios hacemos una selección al viejo estilo político – partidista, donde reina la prebenda y la clientela?, o lo hacemos con responsabilidad y ética buscando personas apartidistas, pero con vocación de servicio.
En el marco de la nueva Constitución Política del Estado, donde los actos de corrupción por parte de funcionarios públicos de cualquier rango, ahora están tipificados y visibles, éstos pueden ser objeto de denuncia y por consiguiente su procesamiento y penalización. Pero también se encuentra en la Nueva Constitución Política los procesos de revocatoria, que pueden ser activados por la ciudadanía.
En un anterior artículo hice conocer lo nocivo que resulta la contratación al viejo estilo tradicional y lo ineficiente que resultó para la gestión pública, y que el nombramiento a “dedo” como lo denominan los políticos “nombramientos de confianza” o de libre nombramiento, son lo mismo o resultan mucho peor, pues siguen siendo al calor político, nepotista y tienen todos los componentes de una “corrupción antelada o anticipada”. He escuchado con mucha preocupación que los candidatos ganadores en estos días están conformando los staff o equipos técnicos tanto para alcaldías y gobernación y al parecer seguirían actuando con las viejas mañas.
Los nombramientos de confianza es una práctica que llevan a cabo los gobiernos que carecen aun de una cultura ciudadana de “confianza y credibilidad” y que aun practican el partidismo político, y antes de considerar la capacidad idónea de la persona, ven las cualidades políticas dentro el partido.
Las últimas gestiones municipales y prefecturales han sido de las más ineficientes en cuanto a la generación de desarrollo local y regional, de esta situación los orureños lo sabemos de sobra, por ello que estas últimas elecciones el voto ha sido consciente y no tanto por consigna. Lo que quiero decir es que la ciudadanía ha madurado en cuanto a la valoración de los actos de los políticos tradicionales y resultado de esta maduración primaria, tenemos los resultados de abril pasado. Los candidatos ganadores deberán tener muy en cuenta el “voto ciudadano” que fue más una censura a la ineficiencia y la corrupción campeante en ambas instituciones. Por tanto, los candidatos deberán cuidar sus conductas a la hora de “hacer nombramientos” o selección de personal tanto para la gobernación como para la alcaldía, lo contrario significaría que estarían obrando al igual que sus antecesores y de inmediato la ciudadanía tendríamos que activar los procesos de censura o revocatoria.
Volviendo a la selección de personal tanto para gobernación y alcaldía, lo justo y lo legítimo sería un total cambio de personal, pues la “vieja forma de actuar afecta a la nueva forma de actuar”, al menos en lo que significa “gestión efectiva de la cosa publica”. Recordemos que la alcaldía ha sido un foco de prebenda y clientela desde siempre, por tanto todos sus funcionarios han sido cobijados y protegidos primero por políticos coyunturales y sindicatos que avalaron a todo funcionario para conseguir “ítem” dentro la institución, esta situación en muchos de los casos fue en contra de la dignificación de la persona en especial de aquellas mujeres que hicieron todo por “quedarse en la institución”.
Será una gran oportunidad de oro para la Alcaldesa electa de hacer las cosas con ética probidad y responsabilidad social, es muy cierto que somos muy inmaduros en cuanto a selección de personal más cuando se trata de una institución de servicio y desarrollo como lo es la alcaldía. Recordemos que son las personas las que hacen a las instituciones y no al revés, por ello es de suma importancia la correcta selección en especial de los cargos jerárquicos, pues estos son los que llevan el timón del barco, y si elegimos personas con características neoliberales, o con una cultura de rezago estaremos igual o peor que todos los anteriores gobiernos. Personas con visión de desarrollo y vocación de servicio deben ser las primeras características del nuevo personal tanto de la gobernación y alcaldía y dejemos de lado ese odioso y oneroso slogan de que la “meritocracia” reúne todas las condiciones para un buen ejercicio, nada mas falso, el verdadero agente de desarrollo no es aquella persona formada académicamente, sino es aquella que conoce de cerca las “necesidades sentidas” de la población y ve las maneras de reducirlas con visión y responsabilidad social. Lo académico son saberes y herramientas que si sabemos usarlos de manera proba y con humildad habremos logrado una sinergia de ambas cualidades que debe poseer todo funcionario de desarrollo.
Los orureños confiamos que esta vez los candidatos actúen con “responsabilidad” en cuanto a selección de personal, pues les repito a la vuelta de la esquina están los procesos de revocatorio.
(*)Experto en Desarrollo Local.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.