El que otrora fuera el Río Tagarete, un lugar de paseo y hasta de pesca en ciertas épocas del año; ubicado en el extremo este de la ciudad de Oruro, desde hace varios años se ha convertido en un canal de desagüe de aguas servidas y por tanto de alta contaminación del medio ambiente y sumamente peligroso para la salud de centenares de familias que tienen sus viviendas ubicadas en los dos frentes del largo canal.
El que fuera curso de agua cristalina, con pececitos y todo, orgullo de los orureños y sitio de excursiones estudiantiles, poco a poco y por efecto del crecimiento de la población en la zona Este, pero además porque no se adoptaron previsiones oportunas para que aguas mineralizadas de San José contaminaran el río, es actualmente el curso de aguas fétidas que llegan hasta uno de los lagos próximos y generando malestar en su larga extensión, en la que se ubican muchas viviendas, lamentablemente con algunos vecinos inescrupulosos, que por facilidad echan aguas servidas y desperdicios al canal, haciendo en ciertos sitios insoportable el tráfico de personas.
Es de imaginar la peligrosa situación de contaminación para los vecinos, de manera especial los niños que inclusive juegan en los bordes del pestilente canal, cuando sus progenitores se descuidan. Las autoridades sanitarias en más de una ocasión han certificado la peligrosidad que entraña vivir tan cerca de un canal que transporta "todo lo servido" y desechable de los mismos vecinos.
El canal Tagarete se consignó en planes de saneamiento básico de algunos postulantes políticos electoralistas, prometiendo que de acceder a alguno de los cargos públicos, se ocuparían de encarar el embovedado del canal Tagarete, como un proyecto de beneficio colectivo y cuidado de la salud pública.
En el último mes del pasado año se efectuó un trabajo de limpieza en parte del canal, considerada la más crítica para la población que entre otras cosas salió voluntariamente con herramientas en mano para efectuar un trabajo paliativo que más sirvió para que las autoridades "tomen conciencia" de la magnitud del problema que no será resuelto con campañas de limpieza, cuantas fueran éstas en tanto no se asuma la responsabilidad de embovedar todo el canal, desde su naciente en la zona noroeste y su final en el extremo sureste de la ciudad.
Por algunos antecedentes ya conocidos, se entiende que el proyecto debe ser encarado por la Gobernación, además de existir toda la predisposición del caso en el viceministerio de aguas y saneamiento básico para apoyar su ejecución, además de existir un compromiso antelado del Gobierno para aportar un presupuesto especial en el desarrollo de un importante trabajo en defensa de la salud y el medio ambiente-. La Alcaldía no quedará exenta de poner su cuota parte en este plan de compromiso mixto, cuyo objetivo de saneamiento finalmente permitirá a la comuna mejorar urbanísticamente todo el sector que ahora ocupa el maloliente canal.
Ya no es posible seguir pensando en "programas de limpieza", se trata de un gravísimo problema que contamina buena parte de la ciudad, pone en riesgo la salud pública, algo que en estos tiempos ya no se puede permitir. El canal de desagüe que divide la ciudad y altera el ecosistema de una vasta zona, en la que están asentadas miles de personas, debe ser cubierto, la responsabilidad es de nuestras autoridades. Entre todos los proyectos que se perfilan, este debería ser de ejecución inmediata.
Fuente: LA PATRIA
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