Aunque se reconoce que Bolivia no es inmune a la crisis económica mundial, a diferencia de otros países de la región "tiene mejores amortiguadores" para enfrentar la crisis y los riesgos de la desaceleración económica global, según la enfática posición del vicepresidente del país.
La ciudadanía recuerda también la afirmación del ministro que maneja las cuentas del Estado, quien dijo hace tiempo que están dadas las condiciones para sobrellevar las presiones que provienen de las instancias internacionales y aludió que "la economía boliviana está blindada" contra efectos negativos.
Cuando se mencionan algunas de las opciones que tenemos como país para mantener estable nuestra economía, se recuerda que tenemos un colchón financiero de buenas proporciones para contrarrestar cualquier efecto emergente de las bajas cotizaciones de nuestras materias primas. El material que le da forma y soporte al colchón financiero son las Reservas Internacionales Netas (RIN).
Para encarar de manera práctica el sostenimiento de nuestra economía, se ha dispuesto la elaboración de un "Plan de Desarrollo Económico y Social del 2016 al 2020), que prevé un crecimiento promedio de la economía de un 5 % en ese periodo", hasta hace poco se mencionaba un crecimiento mayor al 5,5 %, pero con el parámetro de precios de las materias primas, hidrocarburos y minerales que puede estabilizarse o seguir a la baja, se aplica una lógica más creíble en lo que al crecimiento del PIB, nacional se refiere.
El vice mandatario que ofició como portavoz económico del Gobierno, explicó que se ha preparado un plan de desarrollo previendo precios bajos de las materias primas por los siguientes cinco años, por lo que el programa "se apoyará en sus propios recursos, en su propio mercado, en sus propios esfuerzos y en sus propios ahorros". Esa aclaración revela que de algún modo se han hecho ajustes en la administración financiera nacional, para ubicarnos con mayor realismo en el actual contexto internacional, dejando de lado algunas extremadas posiciones de optimismo y ajustando la maquinaria económica en un punto de equilibrio.
Aunque de acuerdo a los lineamientos del programa gubernamental, el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, dicen que podría expandirse en un promedio mayor al 5,5 % en el quinquenio 2016 al 2020, aspecto que ha merecido algunas observaciones y al interior gubernamental, se pisa con mayor solidez el terreno económico general y se considera posible mantener un crecimiento del 5 % en el PIB, que desde ya seguirá siendo expectable con relación a la situación de economías en países de la región.
Los datos económicos que provienen de las expectativas oficiales señalan por ejemplo que en el próximo quinquenio se estima reducir la extrema pobreza del 17,3 a sólo un 9,5 por ciento, algo que realmente modificaría el precario cuadro de la vigencia en el país de un sector que no está en el cuadro de los que viven bien.
Así planteada la situación, la perspectiva nacional podría sostenerse en niveles aceptables sin poner en riesgo la estabilidad económica, que de variar en su curva de sostenibilidad ocasionaría serios problemas especialmente en el sector productivo nacional.
Lo importante es que desde el nivel superior del Gobierno se instruya de manera general, la priorización del gasto público de modo que los disminuidos recursos que dispongamos a nivel Estado, las gobernaciones y los municipios, sean utilizados en proyectos sociales atendiendo esencialmente los servicios básicos, ampliando la cobertura de agua potable y alcantarillado e impulsando los proyectos que tienen que ver con la industrialización de nuestra materia prima.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.