Domingo 31 de enero de 2016
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Editorial y opiniones
Los importantísimos momentos antes de fallecer
31 ene 2016
Maximiliano Corradi
Si el hombre acepta su muerte y se ha preparado para ella durante su vida, podrá experimentar conscientemente la misericordia divina en las horas de la muerte. El alma que se va desprendiendo del cuerpo y el hombre viven la película de la vida con plena consciencia. En el tiempo en que la respiración física fluye todavía suficientemente por el cuerpo, el alma y el hombre observan con tranquilidad aquello que se ha presentado para ser purificado. También reciben la fuerza y la capacidad para llevar a cabo esta purificación plenamente consciente. Por la misericordia de Dios al hombre le es concedida la posibilidad de afrontar en pensamientos o con palabras lo que ha reconocido, y repararlo en la medida en que sea posible de acuerdo con la ley de siembra y cosecha.
Nuestra alma no obstante se llevará todo aquello que no hemos purificado aquí, y alcanzará en el Más allá solamente el nivel que corresponda a su estado de conciencia. Por lo tanto cada hombre determina si el Más allá se le presenta como cielo o infierno. Pues ambos son estados de conciencia, ya que no existe ningún lugar en el Universo, donde Dios envíe a sus hijos a arder eternamente.