El Centro del Fuego podría sugerir a muchos una suerte de estación donde se coordina la actividad de los equipos de bomberos, pero, ubicado en el sur de Israel, es un edificio crucial donde se decide cómo y cuándo disparar contra Gaza.
Y es que cuando las comunidades del sur del país se ven amenazadas por el impacto de un proyectil lanzado desde la vecina Franja palestina, como ocurrió el domingo 24 de enero, el Ejército israelí sigue un protocolo de respuesta al ataque y suele bombardear objetivos en Gaza como medida disuasoria destinada a impedir nuevas agresiones.
Pero, ¿quién es el encargado de seleccionar esos objetivos?, ¿cómo se decide si la respuesta será por aire, mar o tierra? o ¿quién analiza el eventual riesgo de la muerte de civiles en relación a los posibles logros de la operación?
Todas estas cuestiones se analizan con detalle en este centro, que opera en un edificio recientemente renovado en la base de la Comandancia Sur del Ejército israelí en la ciudad de
Beersheva.
El inmueble alberga varias habitaciones con decenas de pantallas desde donde se visionan imágenes en tiempo real de Gaza, y se trabaja en grupos multidisciplinares de miembros de diferentes unidades.
"Aquí trabajamos para dar respuesta a situaciones de emergencia. Somos un grupo de personas de diversos ámbitos, la mayoría reservistas", explica a Efe Reut, jefa de operaciones del Centro de Fuego, que debido a la sensibilidad de la naturaleza de su cargo prefiere únicamente ser identificada por su nombre de pila.
El centro aglutina a hombres y mujeres de la Fuerza Aérea, del Cuerpo de Inteligencia, de la Fiscalía Militar y del Coordinador de las Actividades del gobierno en los Territorios (palestinos), dependiente del Ministerio de Defensa.
Israel y las facciones armadas en Gaza, con el grupo islamista Hamás a la cabeza, mantienen con altibajos un alto el fuego que, alcanzado bajo mediación de Egipto, puso fin a finales de agosto de 2014 al último conflicto bélico de envergadura en la zona.
Desde entonces suelen producirse ataques esporádicos prácticamente cada semana por parte generalmente de grupos salafistas que intentan desafiar el gobierno de Hamás, que son respondidos con bombardeos israelíes.
Pero desde que el movimiento islamista controla ese territorio Israel responsabiliza a Hamás de cualquier actividad que emane de la Franja.
Aunque el patrón de "acción-reacción" parece ser la tónica dominante en la zona, la responsable militar revela que de hecho existe una directriz de responder a cualquier agresión procedente de Gaza.
"Ante cualquier suceso que ponga en juego la soberanía israelí no podemos quedarnos callados y debemos responder seleccionando un objetivo, que varía según las necesidades", explica la comandante.
En líneas generales, la unidad que se encuentra en el centro recibe en primer lugar de la Inteligencia militar la información de posibles blancos a atacar, que puede incluir objetivos estáticos, como centros de entrenamiento, túneles o sedes concretas; o móviles, como lanzaderas o almacenamiento de armas.
Posteriormente, los blancos son analizados por la Fiscalía Militar a fin de garantizar que es legal su bombardeo y que civiles no involucrados en actos hostiles no se convierten en blanco colateral de la respuesta israelí, subraya la comandante.
En octubre pasado una palestina embarazada y su hija de corta edad murieron al colapsar su vivienda tras un bombardeo de la aviación israelí en Gaza en represalia por el disparo de un cohete.
Sobre ese suceso, Reut puntualiza: "Hicimos todo lo posible para evitar que sucediera" e insiste en que el Ejército investiga cada caso "desde todo punto de vista".
En cuanto al "modus operandi", tras la selección de blancos en función de la agresión y el momento, se lanza la operación "de forma calculada" en el momento en que se tiene confirmación de la plana mayor del Ejército.
Aquí se deciden mayormente operaciones en las que se abre "fuego operativo" desde el aire y, en menor medida, "táctico", como se conoce en el argot militar al de carros de combate o fuerzas terrestres.
El comandante encargado del Departamento Operativo, Arnón Gal, defiende que "la búsqueda de objetivos se desarrolla bajo criterios muy estrictos" y que muchas veces pudiendo atacar se han abstenido de hacerlo en casos de colegios, instituciones internacionales u hospitales.
Cree que en la actualidad "Hamás no está interesado en un conflicto en el corto plazo, pero nuestra valoración es estar preparados, porque mañana puede estallar nuevamente uno".
Aunque asegura "no haber encontrado un solo error" en el modo de actuar de sus hombres en la ofensiva "Margen Protector" (verano de 2014), dice que tras cada una de ellas se sacan lecciones.
"Nuestro papel aquí es dramático. El fuego es lo primero que se activa y lo último que se interrumpe en un conflicto", concluye el oficial.
Fuente: Beersheva, (EFE).-
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