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Domingo 31 de enero de 2016

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Cultural El Duende

Pirotecnia

31 ene 2016

Hilda Mundy

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Absurdo de diez metros

de profundidad

Un trozo de barro: informe, absurdo, indeciso. (Resulta imposible definir el arte de un trozo de barro). Es el venero bruto, inmodelado, "in-transmitido" a ningún espíritu como una virginidad hipotética.

Hay tres artistas en torno a él. Puede presionarlo, infligirle el castigo del pulgar y crear el arte en la forma perfecta y absoluta.

Consumiendo todas las posibilidades de creación que gestan en el Hombre, pueden forjar la filigrana de arte, que siendo mucho arte limite en lo extra-terreno. Sin embargo:

El primero: toma la masa informe y hace una bola. Realiza la esfericidad, creyendo que la esfericidad representa la inteligencia y el arte. La forma esférica rueda (rodar es atributo, cuando hay declive que favorezca el movimiento de la esfera).

El segundo tiene adentrada en el alma, la forma sinuosa de la Mujer. Quiere modelar el poema de la carne en barro y fecundizarla en belleza, estilizando las curvas perfectas.

El tercero, formidable, -formidable, formidable- modelo vivo del Genio en el Siglo, alza la mano en afán de condenación, en afán de fiebre destructora y destroza la perfección "esferizada" y la mujer reviviscente-. Destroza imponiéndose por la fiebre destructora, por la fiebre de caos que es una llamarada. Y el tercero, en la noche, en medio de la oscuridad -todo, en medio del todo- oscuridad, estremece al barro en sus manos, y hace que exista la inexistencia de un paisaje ideal y perfecto. Bella pavesa de arte, luminada al choque de su riqueza interior con el hallazgo del mundo.

Y es que cuando en Arte son tres� y dos� quieren hacerse Dioses� el tercero siendo Genio calla� porque callarse es hacer florecer el pensamiento en la ruta de la Perfección�

25 [Puntos suspensivos]

Para ver la vida risueña, con la coloración más panteística y "bienavenida", nada mejor que acostumbrarse al uso desmedido de puntos suspensivos. En ellos coexisten maravillosamente la gracia de vivir y la sutileza. ¿No conocéis la embriaguez de los puntos suspensivos�? Se cataloga en lo maravilloso. Uno va colocando pródigamente los munditos en la máquina y el artículo y el corazón se van riendo de tanto atisbo picaresco e irónico.

Cuando veo una fisonomía resabida, disecada en la disconformidad de muchas arrugas, digo: "Este hombre tiene pobreza de puntos suspensivos". "Los desconoce"- Y efectivamente así es� debe ser�

La extrema familiaridad con estos signos hace llegar al descubrimiento insólito de tener en la voz puntos suspensivos-. En la charla de algunas mujeres inquietantes los he encontrado alevosa e intencionalmente, cuando tratan de "mundanalidades" y prolongan la palabra final con un cabrilleo de ojos expresivos� deleitosamente expresivos�

Siempre, siempre huyamos de la prosa vieja y severa, de la seriedad, del sabiondismo, a trote sobre puntos suspensivos, que en carrera cinematográfica se ven así: "� � �"

I [Mundo de metáfora]

Son -más o menos- simpáticas las realidades superpuestas, "encontradas" y nuevas�

Si uno es fiel a sí mismo, siendo extravagante, no hay razón para cortar el hilo de esa extravagancia, asociándose a una lógica común y vulgarizada de grado extremo.

El mundo de las metáforas es tan vario� tan infinito� que se presta a ser violado cualquier momento�

Se puede fantasear reciamente� inacabablemente� sobre: el hombre que pasa, la mujer que habla o el gaznápiro que roza tímidamente los baldosines de la calle�

¡Cómo se encuentran los "reductos" insospechados de las cosas! ¡Con qué gusto de micro-creador se entrecomilla la palabra antojada, o se "suspensiviliza" los puntitos negros, la cola-intención de una frase�!

La disconformidad agriada del público flota en el vacío. Una "cachazudez" insólita impele a desplegar el índice extravagante del lenguaje�

Hilda Mundy

(Laura Villanueva Rocabado).

Poeta.

Oruro, 1912 - La Paz, 1982

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