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Sábado 30 de enero de 2016

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Mujer: "Pequeña flor" del jardín de Dios

30 ene 2016

Fuente: LA PATRIA

Por: El Alquimista

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Mujer eres una hermosa criatura, íntegra y digna, que Dios Padre siempre te bendiga y puedas alcanzar tu auto-realización plena. La esencia que mora en ti es la chispa de un maravilloso SER lleno de infinito amor e inexorable sabiduría, con una capacidad inagotable de amar y entregarse a la voluntad amorosa del padre eterno. Acércate y perdona a tu padre físico para poder entregarte entera al Padre de todas las luces y verás como el Eterno te abrirá su corazón y su santuario.

Trabaja intensamente con tu esposo, que es como tu padre guía espiritual y al mismo tiempo tu hijo que necesita de tu capacidad regeneradora y de tu poder creador. Entrégale tu cáliz de plata y tu sagrario de oro si realmente se lo merece y conviértete en su Santo Grial, en su amante eterna, en su tesoro más preciado, porque tú eres el vehículo del eterno femenino de Dios. Esfuérzate en purificarte interiormente de todos tus temores, traumas y complejos, de todas las heridas del pasado para ser cada vez más libre gracias al trabajo con tu amado esposo alquimista, para que ambos, iniciados en la sabiduría de los siete elementos, experimenten ese amor sublime y superior del matrimonio perfecto, donde somos una sola carne incorruptible, una sola energía vivificadora, un solo sentimiento superior, un solo pensamiento creador, una sola voluntad consciente, una sola conciencia divina y un solo espíritu puro.

Las almas gemelas se forjan con el trabajo esotérico, no como todos creen que es solo encontrarse y ya. Lo que hace a las almas gemelas es el trabajo de purificación mutua, de búsqueda de la castidad y santidad que realizan ambos cada día en el santuario del hogar doméstico, en el altar del sacro-oficio y en el gimnasio de la vida práctica, aplicando la constante comprensión, la diaria tolerancia, la perseverante paciencia y la reconfortante serenidad, descubriendo que al expresar amor incondicional al Dios Interno de cada ser humano están cumpliendo con el primer y más grande mandamiento del Altísimo.

Busca en tu esposo los atributos del eterno masculino, levántalo al ascender tú por las escalas sublimes del ser.

Sé una mujer libre, una Venus amorosa, una Urania pura y santa, una virgen del Sol. La virginidad no es un estado físico, más bien es un estado de conciencia, un nivel de ser. María Magdalena pecadora llegó a ser virgen aunque muchos lo nieguen. El proceso consiste en ir trascendiendo estados interiores.

La hembra animal y pasionaria se transforma en la mujer digna y equilibrada, ésta en la Venus amorosa y casta, y ésta última en la Virgen Vestal Sagrada, la Diosa que se desarrolla en cada mujer cuando se libera totalmente. Todo esto lo puedes vivir aquí y ahora practicando sabia y amorosamente el Gran Arcano con tu amado, tú lo sabes.

La clave es liberarte de los recuerdos que te atormentan, transformar los resentimientos en comprensión y perdón, los odios en amor y sabiduría, para que se exprese en ti esa Diosa todo poderosa que está dormida en ti esperando ser despertada. Perdónate a ti misma, que Dios hace tiempo ya te perdonó. Expande las alas de tu belleza interior y envuelve al mundo con tu alegría de vivir. Expresa siempre esa tu espontánea sencillez y sé humilde como la rosa más hermosa que no se ufana de su belleza y grandeza porque sabe que salió del lodo de la tierra, comprendiendo que es la viva manifestación del poder transmutatorio del amor consciente.

Sé humilde en base a la sabiduría para que la paz interior sea tu mayor tesoro, para que llegues a participar de la luz sublime de la mente y el corazón de Dios. Nunca más pienses que no eres hermosa, que no eres digna, que no eres aceptada, que no eres pura. Esas falacias que tu mente proyecta son las causantes de todos los trastornos en tu cuerpo, y los problemas en tu vida.

Eres una hija magnífica de Dios, un ángel en su crisálida lista para desplegar sus alas y volar por la creación libremente, irradiando alegría y amor a todas las demás criaturas. Empieza irradiando esa alegría y ese amor en tu universo interior, a cada electrón, a cada átomo, a cada molécula de tus siete cuerpos. Conquista tu universo interior para luego conquistar el universo entero con tu luz y tu amor, con tu alegría y plenitud.

Fuente: LA PATRIA
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