Jueves 28 de enero de 2016
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A un; Hola, 驴c贸mo estas?, hay una respuesta sabida; Bien nom谩s. Todos, casi todos respondemos de esa manera, especialmente cuando se produce un encuentro entre amigos y a煤n el destinatario del saludo no est茅 del todo bien. Es de caj贸n la respuesta. Es como si fuera obligada respuesta, consabida y hasta tonta. Y si no agregamos a ella, los malestares que sentimos o disgustos que llevamos, se convierte en una especie de mon贸logo, sin trascendencia, desabrida, ni inter茅s alguno.
Decimos de caj贸n, en analog铆a aquella cajoner铆a de mueble que est谩 hecha para caber justamente en el espacio dedicada a ella, por ejemplo, los cajones de una mesa de noche o de otro mobiliario, que encajan exactamente en ellos sin mayores dificultades ni contratiempos, porque han sido fabricados expresamente en esa funci贸n, s贸lo de esa manera esos mueble son funcionales.
Algo as铆 sucede en el periodismo de hoy. Recuerdo esa forma de ejercer el oficio en tiempos de las dictaduras. Hasta hab铆a colegas que empezaban con un "disculpe se帽or general la preguntita?" cuando se aproximaban al Presidente de facto. "Por qu茅 mejor no le dices disculpe jefecito que le d茅 el trasero y?", correg铆an disgustados algunos otros periodistas, que ve铆an perjudicado su trabajo ya que desviaba la atenci贸n para preguntar sobre otras cuestiones de inter茅s para la opini贸n p煤blica.
驴Se帽or Presidente por qu茅 debemos votar por el s铆?, 驴por qu茅 no por el no?, preguntas como esas no contribuyen a generar opini贸n p煤blica, porque las respuestas ya son sabidas, consabidas. Son preguntas de puro "llunkerio" imb茅cil y resultan siendo un insulto al intelecto humano que necesita de presupuestos m谩s s贸lidos y esclarecedores para tomar decisiones democr谩ticas.
