Lunes 25 de enero de 2016
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El discurso del Presidente fue en realidad un spot de 5 horas de duración.
Un mensaje de autopropaganda, donde ha repetido una y otra vez cifras favorables y ha escondido otras también muy importantes.
Ningún boliviano niega que en estos años hubo avances importantes, entonces es un poco cansador escuchar el mismo mensaje cada 22 de enero.
No está en duda que hubo cambios en el país, sino que más bien debemos pensar como hubieran sido esos cambios si se hubiera aprovechado adecuadamente esta década de precios altos.
De manera general, todas las cifras y los logros que anunció el presidente: los bonos, el incremento del gasto, la subida de los indicadores macroeconómicos, la inversión en infraestructura, la construcción de canchas, los campeonatos de fútbol que llevan el nombre del Presidente... todo eso es producto del modelo extractivista... de la venta de materias primas.
Por eso lamentamos que el Presidente no haya sido autocrítico y no haya lamentado el hecho de que Bolivia perdió una década de precios altos, para impulsar de manera planificada el cambio de matriz productiva, un modelo económico que impulse la producción para salir del extractivismo.
