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Domingo 24 de enero de 2016

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Revista Dominical

"Marquiño": La historia de un apasionado por el fútbol

24 ene 2016

Por: Deyvid Rocha Sánchez - Editor General de LA PATRIA

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El fútbol, "pasión de multitudes", sin duda tiene muchas historias alegres y tristes que contar, como ese gol de media chilena que dio la victoria a tu equipo favorito cuando el cronómetro marcaba los últimos segundos del partido o ese viaje que tuviste que hacer con la barra del contrario, solo para ver al equipo de tu preferencia, aguantando las "cargadas" que te hacían tus amigos.

Pero más allá de esa cancha de césped que mide 120 metros de largo por 90 de ancho, también se encuentran historias que muy pocas veces se conocen y que encierran la pasión de hinchas, jugadores, directores técnicos, utileros, pasa pelotas o todo un mundo que alista la indumentaria de 22 jugadores antes de un partido oficial, cada fin de semana o todos los días simplemente para una hora de entrenamiento.

Este es el caso de Marco Antonio Vargas Mendoza, más conocido como "marquiño" o "marquito", como quieran llamarle sus amigos, hincha declarado de San José, el "equipo de sus amores", cuyos jugadores siempre fueron de su admiración, entre ellos, Carlos Laime, Jorge y Freddy Cossío, pues los veía en los entrenamientos que realizaban en el estadio Jesús Bermúdez, casualmente frente a su casa.

En 1995, todo comenzó ahí, en ese escenario deportivo donde conoció a Henry López, el popular "Chascas", utilero del plantel santo y quien prácticamente le abrió la puerta para ser parte del equipo, pues "Marquito" se inició pasando las pelotas, labor que lo dejaba orgulloso, obviamente sin recibir una remuneración económica a cambio.

"Como entrenaban siempre en el estadio, cada día iba a ver como todos los chiquitos y desde ahí me gustó, más me atraía el fútbol, mi primer equipo fue San José del 95, me llevaba bien con todos, todos me apreciaban, comencé pasando balones, no pagaban nada simplemente iba porque me gustaba estar ahí", contó cuando nos recibió en la sala de su casa, ante la vista de una imagen de la Virgen del Socavón, de quien Marco es fiel devoto.

DESCENSO

Pasaron los años y en 1999 San José descendió y un año después tuvo que jugar la copa Simón Bolívar y el torneo local, esa etapa fue muy crítica no solo para los jugadores de ese entonces sino para todo su entorno que pese a ser una terrible noticia, sirvió para que Vargas se encariñe más con la institución de la V azulada.

Considerándose ya como alguien más de la familia "santa", Marco ya era tomado en cuenta como parte del equipo de utileros, siempre bajo la dirección del popular "Chascas".

Ya viajaba con el plantel y fue así que una de las anécdotas que no sale de la memoria de nuestro entrevistado, es lo que le pasó en Cochabamba, el 2007, cuando se olvidó las "chuteras" de Luis Palacios, defensor que también era buen amigo de nuestro protagonista.

"Recuerdo cuando fuimos a Cochabamba y me olvidé las chuteras de Lulú Palacios en el hotel, más bien era solo entrenamiento, esa vez no me dijo nada. Otra vez me pasó en Sucre, también me olvidé las chuteras, no recuerdo de quien, es delicado también, tienes que pensar en todo eso y a veces se te va", afirmó.

Entre los que más recuerda también está Diego Cabrera, jugador que llegó a San José en 2013 y quien tenía 12 pares de "chuteras" que debían estar en cada entrenamiento aunque solo utilizaba uno o dos pares, obviamente esta labor estaba a cargo de Vargas o López.

"Lulú era un gran amigo, desde que llegó me empezaron a dar premio con Carlos Saucedo y el profe (Marcos) Ferrufino, eso por solidaridad, me daban de su dinero, nunca tuve contrato con el equipo", recuerda con añoranza.

Entre sus mentores también está Henry López, a quien agradece mucho pues le enseñó desde doblar las vendas de los jugadores, hasta pasar los botines de fútbol con vaselina.

Cual si fuera un jugador profesional, Vargas comenta orgulloso que "pasó" por equipos de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano (LFPB), pues además de San José, trabajó en Aurora, plantel del valle y en Nacional Potosí; al equipo cochabambino llegó por méritos propios, pues tras conocer su trabajo en San José, recibió una invitación para vincularse al "equipo del pueblo", donde estuvo una semana, pues según comenta, no le gustó el trato que recibía.

Al equipo de la Villa Imperial llegó y estuvo bastante tiempo, acompañando al profesor Marcos Ferrufino, a quien también tiene gran admiración y porque no decir, quisiera ser como él.

"En otros equipos también lo recuerdo al profe (Valentín) Zanca, del (Oruro) Royal porque fuimos a la copa Simón Bolívar el 2000, pero más antes me llevó al equipo el profe (William) Martínez", añadió.

Colaboró también en equipos como Sabaya, Cristal y Oruro Royal, planteles que fueron y son protagonistas del torneo local que organiza la Asociación de Fútbol Oruro (AFO).

No dejó pasar la oportunidad de aprender también del fútbol de salón, opción que le dio René Peña, a quien acompañó con selecciones departamentales a torneos nacionales.

Vinculado al fútbol desde sus 11 años, ahora "Marquiño" sueña con llegar a la selección nacional, pero para eso, se planteó estudiar y ser un director técnico como muchos de sus amigos y mentores.

Es el tercero de seis hermanos, perdió a su padre el 2008, un duro golpe a su vida pero salió adelante y ahora tiene el objetivo de volver a estar vinculado al fútbol, mejor si es en el "equipo de sus amores".

Para tus amigos: