En cualquier tipo de negocio, con mayor razón en algunos emprendimientos de orden "social", se impone la correcta administración de los fondos que hacen posible desarrollar actividades de servicio u otras de tipo lucrativo.
La presente referencia tiene relación con la situación económica del país, dependiente de la comercialización de sus recursos naturales, dos de estos no renovables, como los hidrocarburos y su principal derivado el gas, luego los minerales, estos bajo una dura depresión económica por la caída de precios en los mercados externos.
Pero hablando de precios, lo que parecía que no llegaría a extremos, está sucediendo con el precio del barril de petróleo, que en los últimos días cotizó por debajo de los 30 y algo más de 25 dólares, con una tendencia a mayor descenso que según algunos observadores puede llegar a los 10 dólares el barril, precio considerado como de "desastre internacional".
Actualmente el negocio del petróleo ha empeorado tanto que los bancos de inversión como no había sucedido hace años, confrontan ahora serios problemas para nivelar sus operaciones, sin saber con exactitud hasta qué límite podrá bajar el precio del crudo en el mercado de Nueva York que es el que rige como referencia para su comercialización en Estados Unidos y Latinoamérica, y que vale para medir el impacto en el caso de nuestra economía nacional.
Grandes instituciones financieras internacionales y la poderosa banca norteamericana pronostican cifras preocupantes para el petróleo, el hecho es que todas vaticinan mayor descenso que se marca, según tales apreciaciones en posibilidades de 20, 16, y una menos optimista que pronostica hasta 10 dólares el precio del barril y tal movimiento negativo que se produciría en el primer trimestre del año presente, que comenzó con altibajos.
Frente a esas estimaciones el pesimismo crece a nivel internacional y varios gobiernos asumen medidas precautorias para evitar un colapso de sus finanzas, la principal medida es la restricción de gastos, profundización del ahorro interno y un manejo técnicamente elemental que prioriza servicios de "primera necesidad".
En el caso nuestro, se conocen algunas explicaciones de autoridades del área económica, dando a entender que "la situación no es mayormente preocupante" y que los cálculos de soporte pueden manejarse hasta con 10 dólares por barril, un cálculo estimativo que no se sabe si es evidentemente posible en su aplicación o es simplemente "tranquilizante" para paliar el efecto de un problema que si no es debidamente controlado, puede ocasionar un colapso económico, aun contando con nuestras reservas netas internacionales.
Dadas las características de alarma, que menos mal han sacudido a nuestros estrategas, es que se anunció la necesidad de pedir asesoría a los expertos de los organismos internacionales, como la Cepal, el BID, y la CAF, para que faciliten fórmulas de solución que nos permitan abordar la problemática de carácter mundial que puede agravarse, si no se toman medidas de previsión.
Lo importante empero será que en los altos niveles de la administración gubernamental, se definan políticas inmediatas de control fiscal, gastos austeros, priorización de proyectos con impacto estrictamente social, como los de saneamiento básico, salud, educación y el sostenimiento de los bonos que son parte de la economía familiar, donde también debe imponerse la austeridad.
Es un periodo de sacrificio especial y colectivo, que involucra absolutamente a todos los bolivianos, eso quiere decir que ciertos sectores ciudadanos que tienen mayores beneficios, están obligados solidariamente aportar con mayor entereza a enfrentar el tiempo de las vacas flacas.
Fuente: LA PATRIA
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