Faltan 34 días para el 21 de febrero. Algo más de un mes para que los bolivianos decidamos si la democracia sigue intacta, o si por el contrario dos personas se apropian de ella y se abre el camino para la re re relección.
La lucha por la democracia, sin embargo, no se restringe a este episodio. Es un camino ya largo en el que literalmente se jugaron la vida varias generaciones de bolivianos. Un camino plagado de sufrimiento y de hechos heroicos. Ahí cayeron Marcelo Quiroga, Luis Espinal y los 8 héroes de la calle Harrington, entre otros cientos de luchadores y luchadoras anónimos.
Al principio fue la lucha violenta por recuperar la democracia de las garras de las dictaduras. Luego los bolivianos tuvimos que "construir" e institucionalizar nuestra democracia, tratando de que las sucesivas crisis económicas no la destruyan. Y cuando parecía que finalmente habíamos alejado todas las sombras, cuando ya nuestra democracia había cumplido una mayoría de edad, de pronto aparece el binomio Evo - Álvaro, que después de una década en el gobierno, pretenden convencernos de que no les fue suficiente ese tiempo, y urden un plan para quedarse en el gobierno hasta el 2025.
Sus argumentos, no son distintos a los argumentos de los clásicos gobiernos autoritarios contra los que lucharon nuestros padres. Nos dicen que "el pueblo los quiere a ellos", que "no hay nadie mejor para interpretar los deseos del pueblo", que si "ellos se van se muere todo, que incluso el mismo cielo y el sol y la luna se pondrán tristes".
Pero estas son razones que a quienes somos hijos y actores de esa lucha heroica para preservar la democracia, ni nos asustan ni nos conmueven. Por una razón última y sustancial: no hay razón suficiente, ni política, ni moral ni de ningún tipo para que alguien se apropie de la democracia. Porque la democracia es el mayor bien común que hemos construido los bolivianos en 36 años de lucha. La democracia no se toca. La democracia no se mancha.
A parte, de estas razones principistas, hay otras razones prácticas. Y aquí las voy a enumerar, en forma de breve argumentario para compartir con ese gran Movimiento Ciudadano que está promoviendo la campaña del No.
1. El referendo del 21 de febrero intenta modificar la Constitución, no para promover un cambio político que beneficie a todos los bolivianos. Se trata de una aberración jurídica, se quiere introducir un cambio constitucional para favorecer a dos personas nada más, para que se sigan atornillando en el Poder.
2. El Gobierno de Evo Morales, después de 10 años, ya cumplió el rol que le designó la historia. Ya cambió el país y dejó muchos logros. Pero ahora ha caído en una megacorrupción, por ejemplo el Fondo Indígena, donde se robaron miles de millones de Bs. Hoy esos dirigentes masistas solo buscan la re re relección para no tener que rendir cuentas.
3. Por último, el Gobierno de Evo Morales ha descuidado la salud, la educación y los problemas urgentes, y se ha dedicado a la campaña para su re re reelección. Decirle No en febrero es de una forma directa decirle que deje las campañas y se dedique a gobernar. Le quedan 4 años y tiene que cumplir haciendolo bien, atendiendo a la salud, la producción y generando empleo de calidad.
Por estas 3 razones prácticas, y por cientos y miles de otras razones que están en el corazón de los bolivianos que amamos la democracia. Este 21 de febrero todos debemos decir NO.
Fuente: LA PATRIA
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