"Amalia, desde el espejo del tiempo", de Gaby Vallejo
17 ene 2016
Valoración a la biografÃa novelada "Amalia, desde el espejo del tiempo" por el escritor potosino Mario Araujo Subieta
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El 15 de marzo de 1922, calzando botas y luciendo gruesas gafas y una bufanda arrollada al cuello, sobrevoló la ciudad de Lima, en un avión Curtis J.N. de 80 HP, una joven oriunda de la ciudad de PotosÃ, doña Amalia Villa de la Tapia, quien ofrecÃa su último examen de pilotaje en la Escuela Civil de Bella Vista de aquella ciudad, despertando la admiración de todos quienes la veÃan desde la tierra, pues aparecÃa súbitamente entre las nubes para luego descender a gran velocidad, de un modo temerario; esta valiente dama del aire estaba expuesta a muchos riesgos porque, como ella misma relata, "las alas y tirantes de esos antiguos aeroplanos solÃan combarse y hasta se rompÃan; e incluso se estrellaban en los despegues y aterrizajes".
Pero no solamente su afición insólita de remontarse por los cielos la hace digna del mayor de los elogios, sino porque, a lo largo de su dilatada existencia, se consagró a otro tipo de actividades, de igual o mayor significación que el pilotaje. AsÃ, pues, incursionó en el campo de la Apicultura; fundó y sostuvo por cuenta propia el Club de Aeromodelismo "Rafael Pabón"; se introdujo en la milicia y en las actividades docentes, y hasta en el campo de la investigación histórica, habiendo dejado libros sobre temas de su especialización. De ello se desprende que la muy atractiva vida de la señorita Amalia podrÃa servir como argumento para la realización de una interesante pelÃcula, o de una biografÃa novelada, como la que nos hace el favor de entregar doña Gaby Vallejo Canedo. Al leer el estudio biográfico, el lector ha de percibir el gran cariño que la autora le puso al tema de la obra, quizá por haberse identificado con los ideales de su protagonista. Es cierto que Gaby y la señorita Amalia no se parecen en lo que a personalidad y temperamento se refiere, pero tienen muchos rasgos en común en lo que toca a sus apetencias y tareas. Ambas pusieron su talento y su corazón al servicio de la tierra que les vio nacer, sin esperar ninguna recompensa, pensando que "la devoción a la patria es la primera de las virtudes". Al estilo de la escritora nacional doña Adela Zamudio, salieron por los fueros del sexo femenino, recordando a los Poderes del Estado los derechos que tienen las mujeres, enseñando a los hombres a honrarlas y a sus hijos a respetarlas. Están emparentadas, asimismo, por su dedicación a la docencia, porque gozaron con la lectura de los buenos libros, "los mejores alimentos del alma", y las dos dejan a la posteridad obras literarias e históricas, de provecho para sus semejantes.
Para finalizar, sólo me restarÃa añadir que Gaby Vallejo incrementa su acervo literario con una narrativa vivaz, amena e instructiva, escrita con flexibilidad en el lenguaje, sencillez, claridad y armonÃa. La felicito de todo corazón y abrigo la esperanza de poder seguir leyendo en el futuro nuevas obras de ella, que se distingan, como siempre, por la lograda calidad de su estilo y la elevación, profundidad y buen gusto que la caracterizan.
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