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Domingo 17 de enero de 2016

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Cultural El Duende

La paideia griega en la poesía, música y filosofía

17 ene 2016

Lo que nos puede aportar un tema clásico para la formación actual de los individuos ? Erika J. Rivera

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Casi finalizando el año se publicó el texto Música y filosofía en La Paz (Editorial Saturnales: 2015). Uno de los ensayos titulado La lira y el aulós en la paideia musical platónica y aristotélica escrita por Ángelo Medina Lafuente quien reflexiona sobre la música como el mayor interés entre las artes por los pensadores griegos, analizando beneficios, cualidades, defectos y además si la música debería o no formar parte de la paideia griega. Para Medina la antigua Grecia no rompió la relación hombre-naturaleza floreciendo así la música. Por un lado se desarrolló la música de Orfeo, y por el otro la música de Dionisio. "Desde la Antigüedad hasta nuestra edad del mundo, el hombre no deja de excitarse con el arte. [?]. Tomamos prestados de los griegos dos figuras: Orfeo y Dionisio, que nos permite entender la ambivalencia del mélos. La música de la lira y del aulós nos guía para entender, a partir de ellos, la filosofía de la música que se iba edificando entre los antiguos griegos". El autor nos dice que no podemos arrojar aún más a la oscuridad la música salvaje, orgiástica y mostrar a la humanidad sólo lo "civilizador". La "otra historia" merece ser vista, el temor, lo inhumano igual ofrecen un sentido de lo humano.

Es evidente que Ángelo Medina Lafuente pretende introducirnos en una reflexión profunda sobre la ambivalencia de las cosas y de la misma humanidad. No deberíamos quedarnos simplemente con las ideas de orden y racionalidad ya que esta es acompañada también por la otra cara de la moneda como el desorden y la irracionalidad, impulsos que acompañan al ser humano en su camino de desarrollo y el proceso de su humanidad. Para el autor lo correcto es que tomemos en cuenta las dos caras de la historia y no encubramos la parte obscura de la humanidad. Ahora yo me pregunto por la reflexión del autor: ¿para qué nos sirve? ¿Cómo podríamos aplicarla en nuestro contexto? ¿Las reflexiones de Ángelo Medina nos son útiles? Me atrevo a responder que sí, porque nos permitirían tomar conciencia de nuestras prácticas tradicionales y elecciones culturales, si desarrollamos la autoconciencia y de manera consciente empezamos a observar la oscuridad de las expresiones culturales y estéticas de nuestro contexto, podríamos mejorar nuestros impulsos desordenados por acciones ordenadas y conscientes de manera disciplinada. La búsqueda de este orden para reemplazar el desorden y el caos podría estar acompañada de las expresiones artísticas que eduquen nuestro oído y nuestros sentidos. Es en este sentido que Medina tendría razón al señalar que en los procesos históricos nunca deberíamos dejar de mencionar la parte obscura de nuestra humanidad.

Pero sigamos indagando acerca de esta obra. Medina nos dice: Que nosotros acostumbramos a mirar a la cultura griega y al mundo homérico de forma radiante, a sus dioses, sus hombres de elevados valores, admiramos su humanidad. Pero en este camino también encontramos la des-humanidad, el mundo prehomérico. En los actos de crueldad se erigió el mundo homérico como por ejemplo los ritos griegos con sacrificios de animales que significaba lo sagrado. "Todo el acto iba acompañado de música de aulós, mientras los celebrantes ingerían los órganos y las vísceras del animal. [?] De alguna manera, los sentimientos de culpa y arrepentimiento mediante actos simbólicos eran apaciguados. Esencialmente en lo sagrado es donde descubrimos una ruptura con el orden, y por regresar a lo establecido creían en esos actos simbólicos". Por lo expuesto, Medina nos explica que estos actos calificados por nosotros actualmente como malos fue lo que contribuyó al avance de su humanidad en los griegos. Sin romper estas contradicciones fue donde floreció la música en el mundo griego. Por un lado la música de Orfeo y por el otro la música de Dionisio. "El canto de Orfeo era capaz de amansar las fieras, mover seres inanimados como rocas, árboles; su canto la caracteriza por conmover a la propia naturaleza". Es decir que su música tenía un carácter pausado, delicado, sutil, blando, relajante; su canto tenía como fin la paz, la tranquilidad, el orden. "La lira, el instrumento de Orfeo, era para los griegos un instrumento mágico, conciliador de la ambivalencia de los sentimientos del hombre". Para los pitagóricos la lira se manifestaba como imagen del alma, es decir que era la salud del alma. La lira de Orfeo dará como combinación la palabra y la música. La poesía entre los griegos fue la estrecha y conciliadora relación entre palabra y música. "En ambos observaban, por un lado los efectos de la palabra que lleva a la racionalidad y al entendimiento, y por el otro el carácter irracional, incomprensible de la música, capaz de penetrar en los sentimientos en el estado de ánimo".

En el mundo griego el término "música" agrupaba la poesía, la danza y la gimnasia. Es decir que era una formación, educación espiritual, cultural. Entonces Medina nos dice que si bien la música tuvo un carácter de formación esencial en la educación del hombre no deberíamos olvidar que también existió la música de fuerzas oscuras que acompañaba el sacrificio en los ritos religiosos. "Escondidos en la cumbre de una montaña, rodeados de la oscuridad de la noche, el orden era violado por una estridente música, la violenta danza que ejercían los dejaba sin aliento y no les permitía cantar. La finalidad de los celebrantes era alcanzar una elevada excitación, éxtasis para unirse con su dios, estar cerca de él en un estado de enthusiasmos". Ángelo Medina Lafuente nos explica que este acto descrito pertenece a las fiestas celebradas a Dionisio dios de la embriaguez divina, del éxtasis, del frenesí, de la locura; Dionisio dios monstruoso que se burla de todo lo establecido; dios perturbador, de la contradicción, es vida y muerte, alegría y tristeza. En estas fiestas dionisiacas donde se practicaba el sacrificio se acompañaba con la música del estruendoso aulós que quiere decir flautas y también eran acompañados por címbalos y tambores. Esto quiere decir que "en un extremo tenemos la pacificadora y civilizadora lira, y en el otro el desmesurado y orgiástico aulós. En el pensamiento musical griego esta dualidad fue considerada por pensadores como Platón y Aristóteles, en cómo la música de la lira y el aulós podían influir en la paideia (educación, formación, instrucción) y en el éthos (carácter, costumbre, hábito) del hombre".

Para finalizar el autor anota que Platón ordena la música en una línea conservadora porque él ordena la música estableciendo lo adecuado para la educación del hombre. Recordemos que para Platón la música está compuesta por tres elementos: texto, armonía y ritmo. Mélos y música se usaban indistintamente. El ritmo y la armonía son los que más penetran en el interior del alma y del poeta sostiene que "no componga nada que aparte de lo que es costumbre, justo, bello o buenos a los ojos de la ciudad". Medina señala que los coros dionisiacos tenían la libertad de expresión y no estaban al servicio de la ciudad, y sus creaciones no pasaban por la aprobación de los guardianes de la ley. Si bien en Platón las canciones para mujeres se inclinan al orden y la prudencia, en las fiestas dionisiacas eran ellas que participaban de las fiestas desmesuradas portando falos, entregadas al frenesí, eran mujeres las que desmembraban al animal sacrificado para devorar sus carnes crudas. Es evidente que de acuerdo al ensayo del autor encontramos distancia entre la construcción teórica de la música para Platón que es dirigir al hombre a la virtud del alma y el cuerpo y las prácticas en la realidad. Pero considero que a pesar de esta situación no debemos dejar de reflexionar en torno a los grandes clásicos porque nos lleva nuevamente a cuestionar el contenido de nuestras acciones. Platón y Aristóteles consideran que la flauta o aulós no sirve en nada al desarrollo de la inteligencia. El lenguaje dórico se empleaba en la lira, y el frigio en el aulós. Los dos filósofos descartan el frigio porque era excitante, orgiástico, negativo para el éthos, y al final sólo se quedan con el dórico como modelo de un éthos positivo, por transmitir tranquilidad, paz, orden.

Me encuentro de acuerdo con Medina al rescatar la música como actividad humana desde los ritos y cultos religiosos o en cualquier acción humana desde la guerra acompañada por el compás de la música, también como acompañante de extenuantes viajes, en el trabajo artesanal y agrícola produciendo alivio, alegría, tristeza, consuelo, entusiasmo. Pero rescatando a los clásicos no debemos olvidar que "la música funcionaba como terapia para no dejarse arrastrar por las pasiones, el hombre recibía la educación por medio del oído. Es necesario aclarar que la educación no sólo era por la melodía, también lo era por la palabra. La música práctica educativa para que sea efectiva se la empleaba hasta cien días, esta música dedicada a la educación es la que tiene valor para Platón, existía otra música para la relajación que era para la muchedumbre, era la que rechazaba Platón". Por todo lo expuesto considero que más allá de considerar que son y que no son posiciones conservadoras en un filósofo, deberíamos utilizar las reflexiones como excusa para pensar el presente, para pensar qué tipo de música estamos produciendo y por lo tanto qué tipo de educación estamos generando en nuestro contexto. Si paideia es un término vago pero puede ser entendida como civilización, cultura, tradición, literatura y educación, pero empleando todos a la vez para entender el término. Entonces podemos decir que paideia es el proceso de construcción consciente del ser humano, significa formación. Finalmente la paideia es la perfección del espíritu. Por último es imposible no preguntarse por la existencia de una paideia boliviana, por el interés de una construcción de una mejor ciudadanía, es imposible no empezar a reflexionar si la producción musical tradicional o cualquier actividad cultural de nuestro país nos hace mejores seres humanos, como punto final es el lector quien tiene la posibilidad de reflexionar de acuerdo a su contexto.

* Erika Rivera.

La Paz. Escritora.

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