El mal uso y abuso de la vÃa pública es un problema que castiga a la ciudadanÃa de todas las urbes del paÃs, pero mayormente se concentra en las del eje central, en la Sede de Gobierno con mayor incidencia, pero no están exentos del daño y perjuicios otros centros de actividad como nuestra ciudad, la que otrora fuera ejemplo de tranquilidad y hasta del cumplimiento normativo de disposiciones que permitÃan comodidad y seguridad a la colectividad.
Las cosas han cambiado y resulta que casi cotidianamente se altera el tráfico de personas y vehÃculos en calles ocupadas por bloqueadores, manifestantes o cierto tipo de "pasantes" que celebran sus acontecimientos en la vÃa pública.
En algunos casos se anoticia oportunamente a la población sobre el cumplimiento de marchas y hasta se anticipan los bloqueos, en demanda de algunos planteamientos de orden social, por lo mismo se adoptan ciertas previsiones que pueden disminuir el impacto de la afectación a los derechos ciudadanos, pero, inclusive con anuncio previo, no hay autoridades que pongan remedio al mal o que por lo menos busquen mitigar la situación, habilitando rutas alternas para evitar "trancaderas" en algunas calles y el peligro para transeúntes por falta de espacios apropiados, como las aceras por ejemplo, que con las movilizaciones sirven más a los manifestantes que a los ciudadanos que nada tienen que ver con los problemas.
Nuestra ciudad es sumamente caótica, con calzadas y aceras ocupadas por un comercio informal e irregular, a lo que se suman los frecuentes movimientos sectoriales que tienen que marchar por muchas calles, bloquear todas las esquinas que se les ocurra a los protestantes, sin importar el daño y el sinnúmero de molestias y peligros a que someten a la colectividad, esa que poco o nada tiene que ver con los problemas eventuales que se producen al no recibir atención especÃfica de algunas autoridades, que dicho sea de paso, no se preocupan de evitar el malestar ciudadano, disponiendo controles anticipados, sean estos municipales, policiales y en su caso militares.
La ciudadanÃa tiene derechos y obligaciones, alterar esos factores conlleva responsabilidades que merecen sanciones, pero las mismas no se aplicarán en tanto las autoridades responsables no asuman el papel que les corresponde para garantizar, tranquilidad, comodidad y seguridad para la colectividad, evitando el mal uso y abuso de la vÃa pública.
Fuente: LA PATRIA
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