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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Manejo de la basura rural - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Evidentemente que el hecho de manejar la basura en comunidades rurales de personas, específicamente en zonas alejadas de los principales conglomerados urbanos, no es igual al de las ciudades en las que se desarrolla un ciclo más o menos acabado de los residuos sólidos. A pesar de que la generación de residuos por pequeños grupos humanos no es considerable, sus efectos negativos sobre la naturaleza, debido a un manejo precario, pueden ser consistentes y tienden a crecer con el transcurso del tiempo, dando lugar a que la contaminación con basura dañe a la salud de las personas y a la naturaleza, especialmente al deteriorar las propiedades físico-químicas del agua de arroyos, ríos y manantiales, que es consumida cotidianamente por seres humanos.
Por otra parte, se contaminan los peces, mamíferos y plantas, exponiéndose la naturaleza a situaciones peligrosas para el equilibrio ecológico. En este sentido, es pertinente desarrollar un manejo sencillo de residuos que, al reducir en gran medida la contaminación, permite proteger la salud de las personas y la naturaleza. Sin embargo, este manejo exige gastar determinados recursos, especialmente tiempo y trabajo humano.
Los residuos deben manejarse de manera diferenciada en función de sus propiedades específicas. Se deben dividir, para su almacenamiento y disposición final en tres grupos: residuos putrecibles, residuos no putrecibles y residuos tóxicos. Los residuos putrecibles: cáscaras de frutas y verduras, restos de comida y restos de jardinería; pueden servir para producir compost, un enriquecedor de suelos que se puede utilizar en jardinería y cultivos de verduras y frutas. En caso de no ser posible reciclarlos, entonces se tiene que enterrarlos en una pequeña fosa. Y los residuos no putrecibles: plásticos, metales, vidrio, papel, cartón, huesos y otros, deben ser enterrados en una fosa para evitar que contaminen el medio ambiente.
Los residuos tóxicos, especialmente pilas y baterías de radios y relojes, no pueden ser enterrados con los otros residuos, debido a que contienen elementos muy tóxicos. Por ello, deben ser trasladados a un centro urbano importante para depositarlos en un contenedor de basura o, en su defecto, enterrados en una pequeña fosa de hormigón que exige ser totalmente sellada una vez llena. Otros residuos tóxicos, como restos de curaciones y medicinas deben ser incinerados con debidas precauciones para evitar daños a la salud de las personas.
En todos los casos es imprescindible evitar que los residuos enterrados hagan contacto con agua, debido a que se produce la disolución de componentes tóxicos y la generación de un líquido percolado que es muy contaminante. Las fosas deben ser cavadas en un lugar alto y seco, lo más lejos posible de fuentes de agua: manantiales, arroyos, ríos y aguas subterráneas. Si al cavar se encuentra alguna fuente subterránea de agua, es mejor tapar el pozo y buscar otro lugar más conveniente. Deben ser protegidas por un pequeño muro de piedras y tierra y un techo de calamina, ramas y paja o cualquier otro material accesible, previendo que la basura enterrada no se humedezca.
El pozo debe ser de 1,5 metros de ancho y largo y de 2 o 3 metros de profundidad en dependencia del volumen de residuos y de la dureza del terreno. Una vez llenado el pozo con residuos debe ser tapado con tierra y compactado de la mejor manera posible. Si es posible se tiene que recubrir con arcilla que tiene buenas propiedades de impermeabilización.
El compost se puede producir también en un pozo de 1,5 por 1,5 metros de largo y ancho y 1 metro de profundidad. También debe ser protegido con un murito y un techo. Primeramente, se depositan residuos putrecibles en el fondo del pozo hasta una altura de 15 centímetros, después se echa excremento de animales en un espesor de 5 centímetros y tierra otros 5 centímetros. Se riega moderadamente y se tapa. Se repite el proceso hasta llenar el pozo. Se deja desarrollar la descomposición por un periodo de 3 a 6 meses en dependencia de la humedad (a mayor humedad menor tiempo de descomposición). A continuación se extrae el compost ya apropiado para enriquecer suelos y se habilita nuevamente para otro ciclo. En regiones altas y secas, como el Altiplano se requiere más tiempo de descomposición, hasta seis meses. En cambio, en regiones bajas el tiempo necesario es de apenas tres meses.
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