Domingo 10 de enero de 2016

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Ni el frÃo, menos el calor y la lluvia, fueron óbice para que la gente despida a los corredores con banderas en alto y la sonrisa a flor de labios, pues el sábado era el último dÃa de la prueba más exigente de rally en tierras bolivianas, donde los pilotos se sintieron queridos sin importar de dónde eran, menos qué idioma hablaban.
Aplausos, gritos, cánticos y hasta lágrimas le dieron brillo a la séptima etapa del Rally Dakar que se inició muy temprano en Pulacayo donde la ASO (Amaury Sport Organisation) instaló el punto de partida, la gente también estuvo presente en ese sector, pese a que está distante a más de 30 kilómetros de Uyuni.
El dÃa fue distinto en las poblaciones por donde salieron los pilotos con sus máquinas, en Uyuni el calor era intenso, aunque muy temprano el frÃo hizo "padecer" a otros, pero después tuvieron que "despedirse" de algunas prendas porque el cielo estaba azul.
Mientras que en Villazón comenzaba a llover, el viento también causó que se sacudan los árboles, pese a ello la gente no se movÃa, todos estaban tras el cordón de seguridad y se dieron modos para ser escuchados, fueron dos, tres o tal vez más pilotos los que se animaron a levantar las manos para despedirse de la población boliviana. Una vez más se tuvo una jornada diferente, las multitudes permanecÃan en los sectores donde se acomodaron para ver a los corredores, al público le llamó la atención la dimensión de algunos camiones, se acercaron pero hasta donde pudieron, porque las restricciones no les permitÃan llegar más allá, pese a ello se dieron modos para saludar.
Fuente: Uyuni/PotosÃ, 9 (APG).-