Sábado 09 de enero de 2016
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Siembre un árbol, siembra vida. Ã?ste es un eslogan que se ha hecho lugar en nuestra vida diaria. Cada dÃa se pierden más de 20 mil hectáreas de bosques, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). La solución que se ha implementado para combatir esta situación es la reforestación.
La reforestación no sólo consiste en plantar árboles donde ya no los hay o quedan pocos, sino un proceso que busca también mejorar el ecosistema en su conjunto. Para ello es necesario un estudio medioambiental, ya que no todos los tipos de plantaciones son buenos para el equilibrio ecológico.
Las plantaciones con eucaliptos son una práctica extendida por Asia, India y Latinoamérica. Son árboles de rápido crecimiento y por tanto de rápido beneficio. Las empresas utilizan la demanda creciente de papel y la creación de puestos de trabajo como coartada, a sabiendas de los pésimos efectos que tienen estas especies en el entorno.
Esto supone un impacto medioambiental negativo para el ecosistema. Se esterilizan y acidifican suelos, las reservas de agua subterráneas disminuyen, los rÃos se secan y la biodiversidad se reduce. Se provocan daños más graves de los que se pretendÃan reparar.
Los Agricultores del NÃger rehabilitaron unos 5 millones de hectáreas entre el año 1986 y el año 2006. Se sirvieron de técnicas sencillas que no dañan el ecosistema. De este modo, la población hizo del desierto un terreno fértil, y por tanto, una agricultura productiva.