El empeño y la responsabilidad de autoridades, especialmente las del municipio debe centrarse en la planificación urbana, es decir en transformar la marginalidad urbana en programas de bienestar colectivo, lo importante es que se prioricen las obras de orden social sobre los proyectos desmesuradamente costosos y de relativa utilidad para la gran mayoría de la población.
Sucede que en el sentido más objetivo no se toman en cuenta algunos aspectos que tienen que ver directamente con el crecimiento de la ciudad, el asentamiento de más urbanizaciones y la lógica consecuencia del déficit creciente de servicios básicos, lo que delata la carencia de programas con adecuada panificación urbana
La extensión de la ciudad hacia los extremos es un hecho irreversible, pues los contingentes de familias, muchas migrantes del campo, en pos de mejores condiciones de vida, optan por buscar y ubicar ciertos terrenos que los consideran apropiados para su asentamiento, creando una serie de conflictos, pues en muchos casos se generan avasallamientos al ocuparse propiedades privadas o terrenos destinados para áreas de esparcimiento público.
Muchas veces nos hemos referido a este tema y siguiendo el ejemplo de otras ciudades de mayor crecimiento en el país, el caso de Santa Cruz que se aproxima bastante a la planificación urbana anticipada, creando áreas de expansión donde se ofrecen espacios suficientes para el asentamiento de nuevos barrios a los que se les puede dotar con facilidad de servicios elementales, agua, alcantarillado, luz, energía eléctrica y vías de acceso transitables.
En nuestro caso tal planificación está ausente en la perspectiva de transformar las condiciones de habitabilidad social permitiendo que el crecimiento urbano se produzca de manera atrabiliaria por efecto de la presión que ejercen los grupos sociales que actúan bajo denominativos sugerentes en sus propósitos, como "los sin techo" u otros que combinan fuerza y hasta ciertas posiciones políticas.
Como no hay una adecuada y estratégica política de crecimiento urbano, los conflictos en las irregulares barriadas son latentes por el enfrentamiento de quienes se creen con mayores derechos que sus vecinos para imponer nuevos asentamientos que más tarde o más temprano confrontan serios problemas cuando se trata de reclamar los servicios básicos que no fueron consignados con la previsión técnica oportuna y legal.
Hay que reconocer también que una parte de la migración provincia - ciudad, ha generado un cordón urbano en el que se edifican casas de varios pisos, con grandes garajes y de llamativos colores, pertenecen a un nuevo contingente de una clase media adinerada que igualmente se acomoda en ciertas zonas, aunque aprovechando algunas condiciones de avance, por lo menos de agua, luz y calles medianamente útiles aunque sin servicios de alcantarillado, este caso que debería ser prioridad en la planificación urbanística de avanzada.
La responsabilidad de autoridades debe ser parte de un compromiso contraído implícitamente en campañas electorales y que crearon expectativas en la comunidad esperanzada en vivir mejor, con un adecuado uso de los recursos económicos que son del pueblo y al que deben satisfacer en sus demandas objetivas.
La cuestión no es pensar en grandes obras de millonario gasto, sino en proyectos cuya grandeza se mida en su utilidad, traducida en seguridad y comodidad para la gente, reduciendo la marginalidad urbana que es resultado de la falta de planificación previa, profesionalmente delineada en una unidad especializada.
Fuente: LA PATRIA
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