Gracias Dios y Señor nuestro por la vida que nos diste, por los beneficios y bienes dispensados, por la salud y la paz que tuvimos en el año que pasó; gracias por la salud restablecida de los enfermos y el alejamiento de males que nos amenazaban; por los beneficios recibidos de tu bondad y misericordia para vivir y existir en paz y armonía con quienes nos rodean.
Gracias Señor por haber permitido que no vulneremos los valores y virtudes recibidos de ti; por haber permitido que nuestra fe no decline y con ella nuestro amor sea incólume. Gracias por la paz disfrutada y por la paciencia que tuvimos con quienes no nos comprendieron y menos nos quisieron; por tenernos en tus brazos y guiar nuestros actos; por mostrarnos en el día a día los senderos que se debe recorrer en el tiempo que aún nos queda; por hacernos sentir que sólo la práctica de virtudes permite el disfrute de la vida que es una juventud, una madurez y una vejez dignas, plenas de amor, fe y paz con los que nos rodean.
Gracias por los padres que nos diste y que, gracias a ti, tienen el corazón pleno de amor por nosotros. Gracias por los padres que se fueron y se encuentran en tu regazo esperando que algún día nos unamos a ellos; escucha Señor sus ruegos y oraciones en favor nuestro porque ellos, en la vida terrenal y en la eterna, sienten ser padres y se deben a sus seres queridos porque así insuflaste en ellos los mejores sentimientos.
Gracias Señor por lo que venga en el año que empieza y permite que consolidemos lo bueno que haya en nosotros; que entendamos que sólo tu voluntad y tu misericordia pueden ser guías de amor, para que tengamos una vida digna, plena de caridad y comprensión que deben ser parte de nuestro espíritu. Gracias por los dones de bondad, humildad, perdón, entendimiento y sentido familiar que nos diste en pos de vivir mejor para ser mejores y, así, cumplir con tu voluntad y los designios que tengas fijados para nosotros.
Gracias Señor por quienes tienen poder político, económico o social que te lo deben a ti. Infunde en ellos sentimientos de caridad, humildad y solidaridad para que obren en pro del bien común; destierra de ellos la soberbia que es fuente de egoísmos y miserias de toda laya. Infúndeles principios de paz, amor y desprendimiento para que sepan que sólo dando pueden conseguir más y, cuanto más den, cosecharán más en gracia tuya.
Gracias Señor por la paz que reina en buena parte del mundo y, a la vez, despierta la conciencia y el espíritu de quienes están empeñados en guerras y enfrentamientos que causan millones de víctimas inocentes, víctimas que tienen derecho a la vida y al goce de los beneficios que sembraste sobre la Tierra. Gracias Señor por todo y permite a todos nosotros que vivamos el espíritu que nos insuflaste y caminemos por senderos de paz, fe y amor.
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