Han transcurrido 165 años de la iniciativa que tuvieron los "tatarabuelos" conocidos como Juan de Dios MartÃnez y Juana RodrÃguez para que la idea y el espÃritu de la Navidad continuará y se mantuviera por el tiempo entre hijos y nietos, quienes ahora tienen la misión de mantener la tradición de sus antepasados y conservar este legado en el futuro.
Todo comenzó cuando en el siglo XIX la familia armó un nacimiento y a partir de eso llegaron otros hasta que se consolidó una familia completa, con singulares particularidades.
El afán de armar el gran pesebre que abarca una dimensión aproximada de 12 metros cuadrados, comienza cada mes de noviembre para la familia Morales, descendientes del ex prefecto Fausto Morales; desde desempolvar las piezas con un especial cuidado, hasta llegar al 6 de diciembre fecha en la que queda terminado el armado de la mesa de los pesebres. Los integrantes de la familia saben casi de memoria la puesta en escena de las figuras.
Este patrimonio ahora les pertenece a MarÃa Elvira y Lourdes Morales Ramos "tataranietas" de los dueños de los nacimientos más antiguos. Lourdes remarcó que el armado tiene como requisito indispensable reunir a toda la familia y compartir en Nochebuena una chocolatada con sus buñuelos o panettone y lo mismo ocurre el 6 de enero, porque el espÃritu de la Navidad no nace de servirse un rico o costoso plato de comida, porque el Niño nació pobre y debemos esperar su nacimiento con humildad y sencillez.
Pero si hablamos de los elementos que componen la mesa de los pesebres nos encontramos con: rebaños de animales armados y cubiertos con materiales que pensábamos que se habÃan quedado en el tiempo, ajuares de tacitas bañadas en oro, las artesanÃas de Dña. Elena Terán, casas antiguas que fueron adquiridas en el Calvario y ahora difÃcil de encontrarlas o algunas creaciones hechas en el paÃs y otras traÃdas de China, Francia, Inglaterra, Rusia y otros.
Otro de los secretos que compartió Lourdes fue que pasadas las fechas navideñas y recojo de los nacimientos, dos de los niños más antiguos deben vestir la ropa que llevan puestas en el año y cada vÃspera a la Navidad estos deben ser cambiados. Además, la pregunta que surgió en ese instante fue y ¿cómo todos ellos son llevados a la misa? para recibir la bendición, y la respuesta fue que Tomás Valencia, de la Parroquia San Pablo, llega a su hogar personalmente desde hace 24 años para cumplir el ritual.
"La casa está abierta para todo aquel que desee conocerlos", invitó Lourdes.
Fuente: La patria
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