Viernes 25 de diciembre de 2015
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Asà como la intensidad de una amistad no se mide por el tiempo que se pasa con el amigo, la intensidad y la calidad del voluntariado social no se pueden medir por la cantidad de horas invertidas a lo largo de la semana.
Invertir más tiempo del recomendable supone un riesgo de saturación, sobre todo cuando el voluntario acaba de comenzar su labor. Con frecuencia, este exceso impide encajar el voluntariado entre las ocupaciones habituales. Por eso, es más importante establecer compromisos realistas que permitan la dedicación total del voluntario durante sus horas de servicio.
A veces, hay miembros de nuestra familia o de nuestro entorno que no están de acuerdo con nuestra labor, o simplemente les resulta indiferente. En estos casos, conviene no llevar las cuestiones del voluntariado a estos entornos y canalizar la relación voluntario-usuario a través de la organización, sin dar datos personales.
Si el voluntario diera su teléfono o su dirección o llevase al beneficiario de su servicio a su casa podrÃa suponer ciertos riesgos. Sobre todo, se arriesga a prolongar los problemas hasta el domicilio.