Viernes 25 de diciembre de 2015
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En el sentido más amplio de comprender la celebración navideña, encontramos que el espÃritu de este hecho que recuerda el nacimiento del Hijo de Dios, trae consigo una renovación de fe cristiana, revaloriza el sentido de la caridad y busca la paz que traiga sosiego en un plano de equidad.
La Navidad para los niños y jóvenes tiene un sentido de esperanza, de tener algo que durante el año pudo ser ilusión y que en ésta fecha especial puede ser realidad. Para los adultos que analizan conscientemente el proceso es un tiempo para desnudar algunas falencias propias del ser humano, está con fuerza el sentido de competencia mercantilista que se impone al sentido de amar al prójimo y buscar solidariamente el bien común.
Es un tiempo para recordar que la caridad entendida en su más amplio sentido, incluye los más elementales principios de fraternidad, para alentar la renovación de la fe que todo lo hace posible y permite actuar con sentido bondadoso, eliminando egoÃsmos y sectarismos. Es la condición que elimina las posiciones demostrativas de poder, de fuerza o injusticia, por eso practicar la caridad es un signo de amor en pos de equidad e igualdad.
Fuente: La patria
