Martes 22 de diciembre de 2015
ver hoy
Una vez más hemos sido sacudidos por una tragedia familiar a raíz de la imprudencia y la negligencia que derivó en un accidente en un lugar de mucho tráfico, que de por si tiene problemas en su circulación, sin que exista autoridad que ponga orden.
Estos hechos generan la lógica reacción social de repudio y también despiertan el morbo de algunos inconscientes que, utilizando las redes sociales, no respetan el dolor ajeno y se regodean con imágenes que solo deberían ser utilizadas en una investigación formal, llegándose al extremo de que un importante canal de televisión paso dichas imágenes.
No se trata de crear más obstáculos en las vías o controles para el desordenado tráfico de la ciudad, considero que la solución a gran parte del problema empieza por casa.
Cuántos de nosotros, acompañados de nuestros hijos o nietos, nos pasamos cuando el semáforo en rojo como si fuera la cosa más normal; cuántos de nosotros tratamos mal a un policía o pretendemos que incurra en actos ilegales ofreciéndole dinero; cuántos de nosotros no usamos el cinturón de seguridad; cuántos de nosotros no respetamos nunca los pasos de cebra y menos damos paso a los peatones; cuántos de nosotros estacionamos en doble fila sin importarnos los demás; cuántos de nosotros manejamos a pesar de haber ingerido bebidas alcohólicas.