Entonces, la voluntad de estos impulsos sociales se refleja en la democracia, en la fuerza que se opone a la dictadura de gobiernos dictadores autoritarios y totalitarios, bajo el principio constitutivo de la soberanÃa popular como legÃtimo derecho adquirido en las luchas por los derechos de las personas. Entendiendo que la monarquÃa o monocracia, la aristocracia y oligarquÃa siempre serán al gobierno de pocos.
En tanto que la soberanÃa la adquiere el Estado por su fortaleza y capacidad de pacificar y someter dentro de un determinado territorio a los poderes: ideológicos (agrupaciones con diferentes tendencias polÃticas) y económicos (grupos financieros, empresariales, corporaciones), como instancia de defensa de la unidad nacional frente a peligros internos de división y disgregación de sus habitantes y amenazas externas. Consolidando y afirmando de este modo su poder soberano, superior y polÃtico al de cualquier otro poder, interno y externo.
Para evitar un exceso de poder emerge el Estado de derecho con poder y responsabilidad de elaborar leyes, someterse a ellas y hacerlas cumplir para conseguir un paÃs estable, transformándose la soberanÃa del Estado polÃtico en una SoberanÃa legal, constituyendo sus instituciones en base a la constitución PolÃtica del Estado, las leyes y reglamentos, con competencias y atribuciones independientes unos de otros, dando lugar de esta forma al nacimiento de los poderes Ejecutivo, Legislativo Judicial y Electoral, evitando la concentración y la extralimitación o abuso del poder.
En estas circunstancias el control del gobierno por el gobierno será efectiva sólo con el vigor de la democracia por la soberanÃa del Estado, brindando fuerza y poder a la legalidad de sus actos respetando la independencia de sus órganos e instituciones ello significa que el poder del supremo, del soberano, nace legÃtimamente del pueblo, y es el que debe elaborar, modificar y establecer las leyes que organizan y regulan tanto el funcionamiento del Estado como el de la sociedad civil.
El Estado no ejerce el principio de la soberanÃa popular cuando se ve sometido a poderes externos o internos de cualquier naturaleza, lo que ocasionará el debilitamiento para cumplir y hacer cumplir las leyes, por lo que no podrá representar legÃtimamente la voluntad del pueblo.
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