Bachilleres buscan la universidad

Ha culminado la gestión educativa en todos los centros educativos del país, egresaron miles de bachilleres, siendo una alegría para los padres de familia, profesores, autoridades, para la población, muchos papás y mamás, hacen una gran fiesta por sus hijos promocionados, augurándoles que continúen estudiando en la universidad hasta salir profesionales.

Muchos bachilleres van en busca de instituciones superiores de formación profesional, a las diferentes facultades o carreras universitarias. En algunos casos no saben a dónde se van a dirigir, para seguir estudiando y en muchos casos no logran ingresar a la universidad, a las normales, Academia de Policía, Colegio Militar, se ven frustrados, ya no saben qué van a estudiar, a veces les llega cierta desesperación.

Muchos bachilleres al no encontrar una institución que les cobije, estarían engrosando al mundo de desocupados, por falta de orientación vocacional, pueda que en el colegio no hayan recibido ese apoyo educativo, para elegir una carrera profesional que les guste y el éxito ya está predeterminado.

Los estudiantes adquieren solamente una formación humanista, descuidando la formación técnica, productiva que debe ser una prioridad para las autoridades del Ministerio de Educación, para contar con recursos humanos profesionales de acuerdo a la demanda del mercado laboral. Para tal cometido ya contempla el plan de estudios para la formación de técnicos medios, lo que falta son los talleres, laboratorios, infraestructura, áreas productivas.

Los estudiantes bachilleres que han logrado ingresar a la universidad, institutos, normales, son una gran alegría para los padres de familia, profesores, autoridades educativas.

Los egresados de estas instituciones superiores de formación profesional, a veces tienen problemas al no poder encontrar un trabajo estable, con beneficios sociales, a falta de un trabajo solvente, van incorporándose al grupo social de desocupados, al trabajo informal, contrabando, a organizaciones no recomendables.

Hasta la fecha, los egresados de las normales, los profesores, no pueden conseguir un trabajo en el servicio educativo del Estado, aún peor los egresados profesionales de las universidades, que no pueden encontrar un espacio de trabajo con estabilidad laboral, si encuentran son trabajos eventuales de 90 días. Los profesionales egresados de la universidades por necesidad de trabajo, en su debida oportunidad se vuelven emprendedores organizando pequeños talleres, empresas con mucha solvencia profesional, el Estado debe apoyarles, incentivar, a veces ocurre lo contrario, exigiéndoles mayores impuestos a estas pequeñas empresas legalmente establecidas, no pudiendo la administración pública controlar al contrabando, al narcotráfico, que no cumplen con los impuestos.

El Estado boliviano todavía no tiene capacidad para incorporar a los egresados de las universidades en la administración pública, es muy poco el espacio para técnicos profesionales, a veces caen en el error de politizar, indicándoles que si no trabajan para el partido no es posible el trabajo deseado, por la necesidad de satisfacer las necesidades alimentarias básicas en las personas, están obligados a sufrir roles de humillación, perdiendo su conciencia, su credo político, religioso, espiritual. Al no conseguir trabajo bajo las reglas de concursos de méritos, van perdiendo sus valores culturales, estimulándose el miedo, la hipocresía, el sentido de honestidad, responsabilidad profesional porque están condicionados arbitrariamente.

Si queremos apoyar al desarrollo de nuestro país, debemos recuperar la carrera profesional administrativa en la función pública, dejando atrás la improvisación y el prebendalismo servilista. Para mejorar el servicio de la administración pública, debe existir convocatoria, sin ninguna condición humillante, para que los profesionales meritorios puedan acceder en esos cargos con dignidad profesional, en beneficio de la población.