Las ambivalencias de los legados culturales y sus repercusiones sobre la esfera socio-polÃtica
20 dic 2015
H. C. F. Mansilla
¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
No hay duda de los notables logros de los imperios azteca e incaico y de la cultura maya en muchos campos de la actividad humana, logros que se extienden desde la arquitectura, las artes plásticas y la infraestructura hasta prácticas de solidaridad inmediata y un sentimiento estable de seguridad, certidumbre e identidad, lo cual no es poco, ciertamente. Paralelamente podemos detectar fenómenos menos promisorios en la esfera de la estructuración polÃtica y social. La dignidad superior atribuida a lo supra-individual fomentó valores de orientación y modelos organizativos de Ãndole colectivista. Las pautas ejemplares de comportamiento eran la predisposición al sacrificio y la abnegación, la confianza en las autoridades y el sometimiento de los individuos bajo los requerimientos del Estado. Todo esto condujo a una mentalidad básica que percibÃa en la tuición gubernamental algo natural y que consideraba todo cambio social como algo negativo e incómodo. Esto suena, por lo menos parcialmente, como algo muy presente y expandido bajo los regÃmenes populistas del área andina, pese a que estos, verbalmente, celebran el cambio radical como piedra angular de sus programas y de su praxis efectiva.
La complejidad y las contradicciones del desarrollo contemporáneo pueden percibirse en lo siguiente. Los tractores que exigen las comunidades campesinas y las modernas obras públicas que solicitan las municipalidades con fuerte presencia indÃgena nos dan una muestra de algo que se puede constatar en todo el planeta: casi todos los pueblos del Tercer Mundo, y aquellos que pueden ser calificados de aborÃgenes, anhelan el desarrollo occidental, sobre todo un alto nivel de vida y consumo, una administración estatal similar a la de los paÃses del Norte y una modernización tecnificada de los principales aspectos de la vida económica y social. Lo genuinamente propio y diferenciable de lo moderno-occidental queda restringido a la esfera Ãntima y familiar, al ocio y tal vez al campo de la religión y la filosofÃa.
Durante el último medio siglo los paÃses latinoamericanos han experimentado notables procesos de modernización, que han generado una especialización de funciones, una diferenciación de los tejidos sociales y una expansión sin precedentes de los estratos medios. El fenómeno más importante y curioso es, empero, la pervivencia de mentalidades premodernas en medio del proceso de modernización acelerada. Actitudes autoritarias, prerracionales, convencional-conservadoras y tradicionalistas persisten paralelamente a la adopción de normativas occidentales modernas en la esfera económica y en la administración pública.
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.