La Fiscalía tembló con dos "sismos"

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Los casos "Bazán" y "Fondo indígena" fueron dos verdaderos "sismos" para el Ministerio Público de Oruro, que hicieron temblar sus estructuras. Los dichos, los entredichos, las acusaciones de presuntos actos de corrupción y la condena de gente del partido en función de gobierno, desacreditaron el trabajo que se hizo en esta entidad, durante la presente gestión.

Este entuerto se inició con la ampliación de las vacaciones de invierno, solicitada a voz en cuello por los padres de familia en julio. Como no hubo respuesta positiva del director departamental de Educación, Eduardo García; el alcalde Edgar Bazán emitió la disposición para ampliar las vacaciones, una semana más.

Aquel hecho originó que el Ministerio de Educación lo denuncie por resoluciones contrarias a la Constitución. Sin embargo, hasta fines de noviembre aquel caso no prosperó. Por el contrario hubo rechazo de los fiscales a la denuncia gubernamental y se archivó obrados en el Tribunal Departamental de Justicia.

La imputación hecha por el entonces fiscal, Richard Zepita originó que Quispe ingrese a la cárcel con detención preventiva. A Zepita le costó el cargo, ya que le agradecieron sus servicios el 11 de noviembre, al día siguiente de este actuado. El ex fiscal aseguró que lo sacaron por un tema político.

Unos días antes, el 27 de octubre, se da un cambio en la dirección de la Fiscalía. Asume la abogada Dubeysa Palacios en el cargo que ocupaba el entonces fiscal Orlando Riveros.

A partir de ese momento surgieron dichos, entredichos y acusaciones de supuestos hechos de corrupción. Varios funcionarios fueron agradecidos en sus servicios y otros cambiados de destino, el argumento: Realizar un trabajo más eficiente y de puertas abiertas.

Para mostrar esa predisposición llegó a Oruro el fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero. Posesionó nuevos funcionarios y cuestionó la labor del que alguna vez fue su hombre de confianza, Orlando Riveros.

El ex fiscal se defendió y dijo que él renunció al cargo, además de establecer que al momento de esa determinación nunca tuvo un proceso en contra, solo denuncias falsas sin fundamento.

Todos esos hechos dejaron entrever que los dos casos mencionados originaron el "sismo" en esta entidad, que solo se ganó el desprestigio ante la sociedad orureña.