Lunes 12 de abril de 2010
ver hoy
Editorial y opiniones
Día del niño y niña ¿sólo el12 de abril?
12 abr 2010
Por: Carla Judith Álvarez Garnica - Ángel Gabriel Veizaga Dalenz
La sociedad ha tenido cambios transcendentales que han permitido el reordenamiento de cabos sueltos existentes en las relaciones de integración social, en este punto se ha tratado siempre de proteger, apoyar, respetar y dar mejores condiciones de vida a los sectores más vulnerables. Uno de esos sectores son los niños y niñas, actores aparentemente pasivos, pero con un rol fundamental e importante en la consolidación de la sociedad.
Hablar de los derechos de niños y niñas es cuestionar el trabajo del Estado, autoridades, instituciones, núcleo familiar, convenios, organismos internacionales y a la sociedad en general, es por eso que este tema no se encuentra en mesa de discusión cerrando los ojos ante una realidad evidentemente preocupante.
Existen muchas instituciones y organizaciones que velan, protegen y ayudan a que los derechos de los niños y niñas no sean enajenados, ni mucho menos violados en nuestra ciudad pero ¿hasta dónde es su alcance?.
Dentro la ciudad en una zona nada lejana y con mucho tránsito de personas, existe un lugar donde niños y niñas, una población infantil olvidada, vive en la constante vulneración de sus derechos. Son pequeños que no sobrepasan los doce años de edad han perdido la inocencia, la sonrisa e incluso su mirada ya no infunde más que sólo tristeza y soledad. Parece difícil de creer pero es verdad. Niños que viven en precaria situación, niños que duermen con sus madres sí, pero con muchas otras personas más dentro un mismo cuarto, un cuarto hecho de ladrillo y estuco, techos tan viejos como el anciano más antiguo oculto dentro esas paredes esperando algún día poder ser libre, techos maltratados por el tiempo lleno de goteras y calaminas oxidadas, un piso hecho de cemento tan frió como el agua congelada, recubiertas con unas cuantas payasas para amortiguar aunque sea un poco su dureza, ventanas tan pequeñas que sólo el aire puede pasar para refrescar en algo ese pesado ambiente con barras de acero en lugar de vidrio. Un lugar tan muerto y olvidado que sólo las sombras las acompañan, pero no todo para estos niños es tristeza los pocos momentos de distracción la pasan en un patio desolado jugando con lo que su imaginación les permite, jugando con lo que encuentran, pero toda esta “diversión” muere cuando termina la tarde comenzando de esta manera su triste noche, dentro de las paredes del Centro Penitenciario de San Pedro de la ciudad de Oruro.