Jueves 17 de diciembre de 2015
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Editorial y opiniones
Las clases y grupos sociales y su rol en el destino del país
17 dic 2015
Adhemar Ávalos Ortiz
Los hechos pasan porque así tiene que ser, a pesar de nuestra voluntad, por más fuerte que pudiera ser. Una cosa que debemos comprender, por más que nos duela, es que el capitalista ya no usa el látigo como en sus tiempos pretéritos, los del siglo XIX y principios del XX. En realidad, ahora seduce porque el tiempo del capitalismo bárbaro ha pereclitado, han pasado por lo menos 120 años de su evolución primaria como imperialismo y se ha perfeccionado en su capacidad de explotar el trabajo humano no por bueno, sino por las necesidades de la producción moderna. Ahora la tecnología y la informática mandan a pesar de criterios del pasado que no determinan el futuro de la Humanidad.
Y es tiempo de hablar de las clases pudientes, la clase alta y la media. Primero es necesario y vital hablar sobre la clase alta que se ha aprovechado de la economía del país desde que Bolivia existe como país independiente, un tanto por determinación propia, pero más por el sentido de la oportunidad, cuyo olfato de poder le permitió encontrar sin grandes esfuerzos. No obstante ha sido una casta improductiva como residuo de la Guerra de la Independencia. Ha generado su riqueza desde 1825 cuando se apoderó del poder y fue incompetente para generar un proceso de desarrollo propio del país naciente. Se aplazó en este tema. Entre dictaduras y supuestas democracias siempre fue ineficaz. Hoy vive de sus prebendas logradas en el pasado con atrevimiento y lisura. Es soberbia y altanera con base en el dinero esquilmado. Y la historia de la oligarquía boliviana es pródiga en ejemplos de saqueo. Ni siquiera pudo generar una burguesía nacional. Casi todas las zonas pudientes del país son producto del oprobio y sus sujetos le gritan al pobre su altanería. Es una clase que no sirve al país porque detenta en sus entrañas su corrupción y no habrá nada que la cambie. La historia de la Humanidad es generosa en ejemplos de imposibilidades de este tipo de clases. El lucro es lo que les interesa en primera y en última instancia, y finalmente el vivir opíparamente.