El coro polifónico acaba de interpretar magistralmente una pieza del repertorio nacional. ¡Una estruendosa salva de aplausos! El director, sea por real o fingida humildad, después de agradecer con leve ademán al público, ha extendido el brazo para señalar que la ovación lo merece el coro. Cambiando de escena: el éxito ante La Haya "tiene que ver con una visión correcta del presidente Morales", dijo el señor Mesa; pero no hubo reciprocidad, como es habitual entre caballeros.
Ya en el marco de la campaña, algunas cifras de sondeo corren por los medios: el 44% atribuye el éxito de la campaña marítima a Carlos Mesa, y un 31% cree que el jefe del Estado Plurinacional es el autor de la victoria". Al gobierno le es difícil disimular la intención de relacionar el referéndum de febrero con el mar.
Esa versión hiperbólica del triunfo (por exagerada) es la que llega al gran público. Muchos, con sólo leer títulos o escuchar de pasada, refuerzan su errática suposición de que en La Haya Bolivia conquistó un gran triunfo jurídico y que, por tanto, la reconquista del mar ya está a la vuelta de la esquina; venciendo, obviamente, la sempiterna resistencia chilena.
Sin embargo, la distancia al Pacífico, con La Haya y todo, sigue siendo lejana como antes de recurrir al tribunal internacional. Un 23 de marzo, en vista de no tener nada nuevo que decir sobre el mar, Morales, bajo el impulso emocional del momento, lanzó la idea de llevar el problema al plano jurídico. Y después de "meterle nomás", llamó a los abogados para decirles que vean cómo se hace aquello.
La demanda fue simple: que La Haya obligue a Chile a dialogar de buena fe con Bolivia sobre el tema marítimo. ¡Eso, solamente eso, dialogar! Pero en instancia previa surgió el recurso de incompetencia por parte de Chile. Sin tocar aún la solicitud de Bolivia, el tribunal respondió que sí tiene jurisdicción para atender el pedido boliviano. Vistas así las cosas, parece que no hubiera dónde perderse. Y no obstante, hay la tendencia de confundir temas e instancias.
¿Se propiciará el diálogo? En caso de que así fuera, ¿aceptará Chile? Tomando en cuenta sus reacciones precisamente a raíz del fallo de La Haya, la perspectiva no es muy halagüeña. Ayer y hoy una palabra lo espanta: "soberanía". Sin ella, hay varias opciones posibles. Tal vez ya no Arica como en 1975, pues en cumplimiento del tratado de 1929 Perú rechazó la consulta chilena; y es porque mantiene sin concesiones la aspiración de recuperar la provincia cautiva.
Entonces, ¿Cuál es la victoria que se quiere asignar a Mesa o a Morales? Ninguna. Pero el periodista y escritor atesora otros méritos. Su actuación en Santiago fue impecable; brilló con luz propia; se desenvolvió como pez en el agua. Ante la actitud de condicionar el mar a la permanencia de Morales en el poder, deploró la intención de politizar el tema. Y en cuanto a la repostulación, manifestó no estar de acuerdo. Es un ejemplo educativo que vale.
(*) Escritor, miembro del PEN Bolivia
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