Después de un fracaso escolar ¿qué hacer?

El mundo no se acaba con la pérdida del año escolar, la vida sigue para adelante dando nuevas oportunidades con un "borrón y cuenta nueva". Antes, habrá que hacer un análisis de las causas del fracaso entre los padres, el hijo o la hija involucrada y los maestros. Será importante sacar una lección positiva de lo ocurrido.

Una adolescente de 13 años que se aplazó este año, no entiende lo que le pasó, por qué llegó a este extremo. Cuando recibió la libreta de calificaciones pensó que se trataba de una pesadilla, y lo primero que se le cruzó por la mente fue la reacción negativa que tendría su padre; estaba desesperada. La cabeza, en esta como en otras circunstancias, es una máquina de pensar. En ella se agolparon mil ideas: desde huir hasta lo peor de lo peor. Finalmente, optó por borrar las notas de su libreta con la tonta idea de que su papá no lo notaría.

Situaciones parecidas ocurren a lo largo y ancho del país cada vez que algún alumno se aplaza en la escuela o en el colegio. ¿Estamos preparados para afrontar este tipo de resultados? ¿Cómo debemos enfrentar este difícil momento?

La profesora o profesores dicen que la pérdida de año representa una gran molestia para padres e hijos. Los primeros se sienten defraudados y frustrados al pensar que el fracaso escolar de sus hijos acarreará problemas de rendimiento y de conducta. En los estudiantes aplazados se generan sentimientos de desilusión, inconformidad, vergüenza, rabia, temor y, no pocas veces, una gran depresión que incluso puede llevarlos a tomar decisiones tan drásticas como inapropiadas.

Un pedagogo considera que hay una relación directa entre el sistema de evaluación y la pérdida del año escolar, pues el actual modelo educativo no ofrecería a los alumnos los estímulos necesarios para aprender, debido a la gran cantidad de estudiantes que tiene cada curso, sobre todo, en el sistema fiscal. "Yo diría que es vital ofrecer una educación personalizada a cada estudiante", manifiesta.

Según otra psicóloga, antes de pensar en el castigo que se impondrá a la hija o al hijo aplazado se debe analizar qué factor o factores influyeron para que se haya descuidado tanto en sus estudios.

"Hay que ser honestos y definir si la causa del aplazo fue la flojera, la desorganización, la falta de hábitos de estudio, malas amistades o alguna otra dificultad", señala. "Ahora hay muchas distracciones para los chicos, como los programas de televisión, el celular la internet y otros mecanismos que contribuyen a la irresponsabilidad estudiantil; siempre están relajados, dejando para otro momento tareas", complementa la profesional. Por otra parte, el aprovechamiento escolar también está relacionado, entre otros aspectos, con la crianza, la personalidad, la autoestima, el estado físico del estudiante y el apoyo que recibe de sus padres en materia de estudios.

La experta remarca que la pérdida del año escolar no debe tornarse en una tragedia familiar, pero tampoco hay que tomarla a la ligera. Dice que los fracasos académicos son una responsabilidad compartida entre estudiantes, padres de familia y el establecimiento educativo. "Es importante definir en qué se ha fallado para no cometer los mismos errores y lograr que el alumno se recupere sin traumas en la próxima gestión", aconseja.

"Para ayudar a los reprobados a superar el aplazo y encarar una nueva gestión, los padres deben reflexionar sobre cuál fue su papel en la vida escolar de su hijo y cómo participaron en las actividades académicas del colegio. Las autoridades educativas, a su vez, deben cuestionarse y revisar sus planes de estudio, el modelo pedagógico y el sistema de evaluación para saber dónde está la falla".

Algunos psicólogos piensan que no es bueno que los reprobados cambien de colegio; según esta tendencia, enfrentar la situación "en el campo de acción", les dará más fuerza. En cambio otros expertos consideran que es saludable para el estudiante cambiar de recinto, así evitarán sentirse criticados por sus compañeros de clase y profesores. En verdad es una sabia decisión de los padres, tutores como de o la estudiante.

(*) Poeta y escritor